Crisis del euro: en España vuelven a pensar en la peseta

La crisis de la zona euro mostró la 'debilidad' de la moneda única, cuestionando su necesidad, lo que facilita el regreso a las divisas nacionales en varios países. Así, España parece estar allanando el camino para el retorno a las pesetas.

La crisis de la zona euro mostró la 'debilidad' de la moneda única, cuestionando su necesidad, lo que facilita el regreso a las divisas nacionales en varios países. Así, España parece estar allanando el camino para el retorno a las pesetas.

En vísperas del décimo aniversario del euro, que entró en circulación el 1 de enero de 2002, muchos se  acordaron de que la peseta sigue viviendo no solo en la memoria de los habitantes del país, sino también en sus hogares.

Amigo viejo, tocino y vino añejo

En España son muchos los que aún conservan monedas y billetes de la antigua moneda nacional. Según el Banco de España, aún se desconoce el paradero de una asombrosa cifra de 1.700 millones de euros (unos 2.400 millones de dólares) de dinero en efectivo. Hoy en día solo en el Banco de España se pueden cambiar las pesetas por euros.

En Salvaterra de Miño, una pequeña localidad fronteriza gallega de 9.000 habitantes, decidieron poner en marcha una campaña para recuperar ese dinero 'perdido' para impulsar, en tiempos de crisis, el comercio local.

"Sabemos que vamos a pasar de los 6.000 euros; es decir, del millón de pesetas. Si lo vemos con la cantidad de pesetas que hay todavía en el mercado, pues bueno, pues somos una insignificancia. Pero para Salvaterra, con 9.000 habitantes, con el poco comercio que tenemos, que entren 6.000 euros más en esta campaña, estaría muy bien”, dijo Pablo Pino, presidente de la Asociación de Comerciantes de Salvaterra.

La inclinación a dejar la moneda única también se refleja en las encuestas. Según un reciente sondeo, el 70% piensa que el euro no les aportó nada durante sus 10 años de existencia.

En general, los expertos se muestran escépticos sobre el retorno a las monedas nacionales en Europa, pero ponen en duda la viabilidad de la zona euro.

“Es cierto que en estos momentos crece la incertidumbre y sobre todo se cuestiona si permanecer en la zona euro crea más problemas que ventajas”, dijo a RT José Antonio García Rubio, Secretario de Economía de Izquierda Unida en España.

El alto precio del retorno a la peseta

Al mismo tiempo, la vuelta de la peseta es un escenario temido tanto por gobiernos como economistas en una zona euro en plena ebullición.

Los economistas advierten que el retorno sería difícil, ya que un 75% de los lazos comerciales de la región se vinculan con la zona euro y en el contexto de la actual situación económica representa graves riesgos y peligros.

Además, los analistas opinan que de ser reintroducida, la peseta podría depreciarse entre un 40% y un 60% frente al euro.

El Banco de España estima que prácticamente la mitad de las pesetas que estaban en circulación antes de la entrada del euro nunca serán canjeadas. Es que los españoles embargados por la nostalgia, hicieron de ellas una suerte de amuleto, esperando que les depare la mejor de las fortunas en el futuro.

La identidad financiera cuesta caro

El retorno a las monedas nacionales, según algunos expertos, podría convertirse en la resolución de la crisis europea. Pero el costo de la medida será muy alto no solo en términos de economía sino política, calcularon los analistas de UBS.

Según el citado banco suizo, este escenario va a costar caro: el precio de la salida de un país de la moneda única ascendería a una suma que va de los 9.500 a los 11.500 euros por habitante durante el primer año. En general, esto equivaldría a una proporción que va del 40 al 50% del PIB.

En los años siguientes, debido al colapso del sistema bancario, del comercio internacional, de la suspensión de pagos y de la quiebra de compañías, las pérdidas alcanzarían un promedio de entre 3.000 y 4.000 euros por persona.

Las consecuencias políticas de la renuncia al euro no serían mejores que las económicas. En primer lugar, la influencia de Europa en el mundo se debilitaría. En segundo lugar, el colapso de las uniones monetarias a lo largo de la historia estuvo siempre acompañado de disturbios e incluso guerras civiles.