¿Por qué EE. UU. retrasa una guerra contra Irán?
Pese a las numerosas amenazas estadounidenses de desencadenar una guerra contra Irán, todavía no lo ha hecho y los expertos indican que se debe a varios motivos. ¿La primera economía mundial tiene miedo o carece de los recursos necesarios?
Una partida de póker para EE. UU.
Expertos occidentales comparan las relaciones internacionales con un juego de póker donde gana el que mejor conozca el arte del engaño y a través de ese prisma ven el comportamiento de EE. UU. e Israel que periódicamente se muestran dispuestos a lanzar un ataque militar contra Irán.
En este contexto, el portal ruso oilru.com efectuó un análisis de las causas que detienen a los belicistas. La revista Foreign Affairs en la primera edición de 2012 publicó un artículo bajo el título 'Es hora de atacar a Irán' (Time to attack Iran) de Matthew Kroenig, profesor de la Universidad de Georgetown e investigador de seguridad nuclear del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR).
El artículo generó un gran número de respuestas de los expertos que demuestran que ahora no es el momento adecuado de atacar a Irán.
Los pros y contras de un ataque a Irán
Los opositores indican que el periodo de transformación de la capacidad del país para enriquecer uranio y desarrollar la bomba atómica tomará por lo menos un año, más el tiempo que demanden las pruebas de armas nucleares y la fabricación de portadores.
Teniendo en cuenta el hecho de que todas las instalaciones nucleares de Irán son conocidos y están bajo el control del OIEA, el proceso de producción de armas nucleares por la República islámica sería suficientemente largo y permitirá a la comunidad internacional preparar una respuesta adecuada, incluyendo el uso de la fuerza.
Una opción propuesta es un ataque aéreo a las instalaciones iraníes, sin una operación terrestre e incluso sin ningún plan para derrocar al Gobierno. Pero para el presidente Mahmud Ahmadineyad -según quienes se oponen a la guerra-, el programa nuclear y la oposición a EE. UU. son la base de la ideología y la política, por lo que tales intentos de realizar ataques de alta precisión serán iguales a un intento de destruir el régimen.
Además, las declaraciones de los políticos y funcionarios israelíes sobre la posibilidad de un ataque preventivo contra Irán, que se complementan con las palabras de la Casa Blanca sobre el derecho de Israel a defenderse, imposibilitan las negociaciones entre Washington y Teherán, afirman los expertos.
¿Superioridad de fuerzas?
Los analistas citan una serie de razones que obligan a EE. UU. a contener su "ímpetu bélico". En primer lugar, es la falta de confianza por parte de Washington de que la guerra no sea prolongada y destructiva y las pérdidas no excedan el nivel permisible.
Otra razón se asocia con la financiación de un nuevo conflicto armado. Por supuesto, EE. UU. puede imprimir dinero adicional pero su deuda nacional ya supera el 100% del PIB (15,3 billones de dólares), indican los expertos. Además, se convertirá en una carta de triunfo en las manos de la oposición en el Congreso. Y recaudar fondos para las operaciones militares de los aliados, al igual que lo hizo Bush padre durante la operación 'Tormenta del Desierto' en 1991, es poco probable hoy en día.
La mayoría de los expertos coincide en que un ataque a Irán no sería suficientemente eficaz para detener el programa nuclear. Por eso Occidente confía en el efecto que tendrán las sanciones económicas.
Al mismo tiempo los expertos afirman que su eficacia puede ser socavada por el hecho de que este 2012 es un año de elecciones presidenciales y la cuestión iraní ya se ha convertido en una parte integral de la retórica electoral estadounidense.
"Digan lo que digan los candidatos presidenciales de EE. UU., la cuestión iraní será demasiado importante para no tocarla en sus discursos y será demasiado complicado resistir la tentación de resolverla por la vía militar", afirman los expertos citados por oilru.com.