Los senadores de EE. UU. exigen al Pentágono que diga no a los armamentos rusos
Un grupo de senadores de EE. UU. exigió que el Pentágono rompa toda cooperación con la compañía rusa Rosoboronexport, la principal agencia estatal rusa intermediaria para la exportación o importación de productos relacionados con la defensa. La iniciativa se argumenta señalando que la empresa suministra armas a las tropas gubernamentales en Siria.
En su carta al jefe del Pentágono, Leon Panetta, 17 senadores republicanos y demócratas liderados por John Cornyn, Dick Durbin, Kelly Ayotte y Kirsten Gillibrand, citaron informes que ellos manejaban donde se indicaba que la agencia Rosoboronexport suministraba armas a Siria y recientemente firmó un contrato con el presidente sirio Bashar al Assad de compraventa de 36 aviones de combate Yakovlev Yak-130.
El mensaje de los senadores se inicia con la explicación de que el motivo para enviarla ha sido "una preocupación grande sobre las relaciones de negocios que el Departamento de Defensa de EE. UU. sigue teniendo con el Rosoboronexport". Según los senadores estadounidenses, la compañía rusa "sigue amunicionando al Gobierno sirio con armas para que la autoridad realice los ataques sistemáticos y de gran escala contra su propio pueblo".
Debido a esto los senadores proponen al jefe del Pentágono "usar todos los métodos para presionar a Rusia y las organizaciones rusas con el objetivo de conseguir el cese del apoyo del régimen de Assad". Incluso Panetta debe romper todas las relaciones de negocios del Ministerio de Defensa de EE. UU. con Rosoboronexport, porque "la continuación de las buenas relaciones con la empresa socavará la política de EE. UU. sobre Siria y los esfuerzos estadounidenses para apoyar al pueblo sirio", consideran los autores de la carta.
El Pentágono tiene un contrato con Rosoboronexport de compraventa de 21 helicópteros rusos de combate en los intereses de las Fuerzas de Seguridad de Afganistán, firmado el año pasado. El contrato está valorado en 375 millones de dólares y además incluye la posibilidad de la compra de 12 helicópteros extra y ayudas técnicas adicionales de parte rusa.
El 8 de marzo algunos senadores estadounidenses ya expresaron la opinión de que deben finalizarse todas las relaciones con la compañía rusa, pero en aquel entonces el general de las tropas terrestres estadounidenses, Raymond T. Odierno, subrayó que las Fuerzas Armadas del país "no tienen otras opciones para satisfacer las necesidades de las Fuerzas Armadas afganas". "Los afganos conocen bien estos helicópteros. Los Mi-17 que compramos serán pilotados por los mismos pilotos que antes dirigían las mismas máquinas".
Según Odierno, los Mi-17 "son más baratos que sus análogos estadounidenses y es más fácil usarlos para entrenar a los pilotos afganos: ellos mismos eligieron estos helicópteros".