La economía mundial se aleja de los bordes del abismo y muestra signos de recuperación en la zona euro y en EE. UU., pero el alto nivel de deuda pública en los países desarrollados y el aumento de los precios de la energía siguen siendo factores de riesgo. Así lo cree la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, que se expresó en estos términos durante su visita a Pekín.
"La economía mundial puede estar en el camino de la recuperación, pero su margen de error es muy pequeño y el espacio para maniobrar es muy limitado”, dijo Christine Lagarde en Pekín. Mientras tanto, los principales índices macroeconómicos de la zona euro siguen su tendencia negativa y una serie de países europeos han entrado en fase de recesión.
Según ella, "gracias a los esfuerzos conjuntos la economía mundial se ha alejado de los bordes del abismo y ahora hay razones para ser más optimistas". Sin embargo, Lagarde cree que este optimismo no debe generar una falsa sensación de seguridad porque -asegura- "aún hay grandes desafíos económicos y financieros que debemos enfrentar”.
Christine Lagarde pidió a los países desarrollados que continúen desarrollando políticas fiscales equilibradas, y profundizando tanto en la reforma del sector financiero, como en las reformas estructurales e institucionales. Los países en desarrollo, según ella, deben mantener un alto crecimiento económico, evitando al mismo tiempo el "sobrecalentamiento" de economía.
Además, con el posterior desarrollo de la política de reformas económicas del gobierno chino, el yuan podría convertirse en una moneda de reserva del FMI en un futuro próximo, reconoció.