Alemania impone recortes en la UE, pero rehúye de usar la tijera en casa

Alemania, con una economía casi ilesa, continúa imponiendo medidas de austeridad sobre los países vecinos ante la profunda indignación del pueblo europeo. Sin embargo, algunos expertos cuestionan el modo que tiene la canciller Angela Merkel de aplicar austeridad en su propio país.
Desde Berlín se ha cocinado el tijeretazo de las economías griega, italiana y española, aplicando recortes que hasta el momento, no son del gusto de los mercados. Mientras España e Italia viven al borde del rescate financiero, Grecia está con un pie fuera de la zona euro.

Y no solo en los mercados. Las huelgas generales, como las celebradas recientemente en España, muestran que los ajustes tampoco están teniendo buen recibimiento en gran parte de la población.

Sin embargo, mientras varios países de la zona euro se aprietan el cinturón para entrar en el mismo tren, según expertos,  Alemania, parece avanzar por otros raíles.

"El Gobierno federal prometió en 2010 que iban a hacer un ajuste de 10.000 millones de euros al año. Dos años después solo han realizado la mitad de lo prometido. El Gobierno alemán se muestra relajado mientras le pide al resto que trabajen duro", le dijo a RT el analista del Instituto de la Economía Alemana de Colonia, Thilo Schafer.

Ante el incumplimiento de dichos recortes y como medidas de ahorro, algunas organizaciones alemanas proponen un plan para reducir ciertos gastos. Aconsejan, por ejemplo, recortar las subvenciones al cultivo de zanahorias orgánicas o el dinero público que se destina a los choferes de los expresidentes del Parlamento.

"Nuestros ejemplos tienen como propósito mostrar cómo podemos recortar nuestro presupuesto e incluso aumentar el gasto en algunos sectores”, señaló el presidente de la Asociación de Contribuyentes alemanes, Karl Heinz Dake.

“El Gobierno debería tomar con seriedad este asunto y comenzar a ahorrar", agregó.

Otro gesto criticado por algunos ciudadanos es el reciente anuncio de Angela Merkel de incrementarse el salario en más de un 5%. Un hecho que, según sus detractores, podría haberse evitado dada la actual coyuntura europea.

En cuanto a la deuda que actualmente afecta a los países europeos, incluido Alemania, algunos mandatarios del viejo continente han hecho hincapié en que esta nación no es un ejemplo a seguir, ya que sus cifras están por encima de lo pactado por la UE y al igual que muchos otros estados miembro, no cumple el Pacto de Estabilidad, un acuerdo que establece que la deuda no puede sobrepasar el 60% de Producto Interior Bruto.

No obstante, algunos analistas políticos insisten en que Berlín debe ser medido con otra vara por ser el primer contribuyente de toda Europa y presentar dificultades económicas muy diferentes.