El país es un paraíso para sus conductores, pero actualmente no para sus bolsillos.
"La gasolina está carísima y ahora no tenemos tanto dinero”, se quejan los automovilistas. “Sin embargo, creo que las grandes compañías petroleras están obteniendo enormes beneficios".
Tan solo los primeros meses de este 2012, el litro de gasolina en Alemania ha subido más del 10%. Un encarecimiento que ha provocado situaciones inéditas.
"Dos semanas atrás, yendo hacia Hamburgo, a un camionero le sacaron la gasolina del depósito. Él se dio cuenta, es más, se enfrentó a los ladrones, pero le dieron una paliza", dice Joerg, un camionero alemán.
Al final, los atracadores se pueden llevar 1.500 euros en gasolina. Una parte de la población también responsabiliza al Estado por el elevado precio de los carburantes, ya que este cobra sus porcentajes gracias a los impuestos.
Justo antes de Semana Santa, la gasolina tocaba su techo: un litro costaba 1 euro y 70 centavos.
Los precios de los carburantes en Alemania son uno de los más altos en Europa, y dada la compleja situación el Gobierno de Angela Merkel se ha visto obligado a crear una institución para poner fin al incremento desenfrenado de los precios de la gasolina.
Desde hace unos meses, el coste de los carburantes se había convertido en una auténtica montaña rusa. Por eso, el Ejecutivo germano ha impuesto recientemente que las casi 15.000 empresas que proveen carburantes a las gasolineras deben informar de sus subidas y bajadas.
Pero el precio del crudo no solo depende de los impuestos y de las compañías petroleras, sino que también se ve afectado por la estabilidad política de los países exportadores.
"Lo que afecta al precio del petróleo es la situación volátil que existe en Oriente Medio, sobre todo en Irán”, explica Christoph Hoerstel, consultor del Gobierno y de empresas privadas. “Tenemos barcos rodeando el país, las amenazas de guerra de Israel y también las de Estados Unidos”.
Hasta el momento, Alemania no se ha visto inmersa en la crisis económica que viven muchos países de Europa, pero el precio de la gasolina comienza a ser una piedra en el zapato de sus conductores. Muchos de ellos ya se están apretando el cinturón porque llegan las vacaciones de verano y, con ellas, más incertidumbre sobre los precios.