En el origen de la acusación está el litigio de varios años sobre la marca entre la compañía de bebidas alcohólicas Bacardi y la empresa francesa Pernod Ricard, que distribuye por todo el mundo el ron cubano Havana Club, en colaboración con la empresa estatal isleña Cubaexport. Bacardi vende su propio ron bajo la misma marca en EE.UU.
La consejera cubana Nancy Madrigal criticó la decisión del Tribunal Supremo estadounidense, tomada en mayo pasado, y declaró que responde a los intereses de Bacardi, “la mafia anticubana de Miami y a sus aliados dentro del Congreso norteamericano".
La alta funcionaria recalcó que Cuba continuará exigiendo a Washington a que otorgue sin dilaciones la licencia que permita a Cubaexport renovar el registro de la marca Havana Club.
El coordinador del medio digital Сubainformación, José Manzaneda, cree que la marca Bacardi influye en las decisiones del Gobierno estadounidense, ya que está vinculada a organizaciones creadas contra la política isleña.
“La empresa Bacardi es una parte importante de la mafia cubanoamericana, está muy vinculada a la Fundación Nacional Cubanoamericana, está vinculada a diferentes organismos y organizaciones que se crearon hace décadas para ayudar a una supuesta transición al capitalismo en Cuba. Es una compañía con fuertes vínculos a lo más oscuro de la política internacional, especialmente la anticubana”, comentó Manzaneda.