Según la revista Foreign Policy, “los bajos precios del petróleo pueden tener graves impactos sociales, porque con menos recursos las personas tienden a vigilar más de cerca su entorno inmediato y cuando surja el descontento empezarán a buscar un chivo expiatorio".
La mayor incertidumbre en el mercado mundial del 'oro negro' no es si sus precios seguirán bajando sino cuánto tiempo se mantendrán abajo. El 2003 comenzó con alrededor de 33 dólares por barril, después siguieron subiendo hasta alcanzar un máximo de 147 dólares en julio del 2008.
Cuando la 'primavera árabe' llegó, primero Libia y luego Irán hicieron temblar a las bolsas de Londres y Nueva York y el precio del petróleo se disparó hasta cerca de los 128 dólares por barril. Actualmente, es imposible pronosticar el rumbo que seguirán los mercados.
Una mar de problemas petroleros
Una convergencia de fuerzas está poniendo nerviosas a la naciones productoras de petróleo: la crisis económica de Europa, la desaceleración del crecimiento de China, la caída de la demanda de petróleo de EE.UU., y los esfuerzos de Arabia Saudita para 'inventariar' las reservas mundiales de crudo.
Las condiciones que llevaron a la 'Primavera árabe' no fueron tanto la falta de democracia como el descontento generalizado con las perspectivas económicas personales. En su artículo, la revista Foreign Policy se refiere a las potencias petroleras.
Petróleo, factor de cambio económico y político
En general, los giros en los precios del petróleo generan grandes cambios en la política y la economía mundial. Así para Europa, mantener abajo los precios de los energéticos sería el primer paso para su recuperación. Cuanto más barata sea la energía, más bajos serán los costos de producción para las empresas y la cuenta mensual de los hogares. EE.UU. y China también se beneficiarán adquiriendo materias primas baratas y consolidarán sus posiciones.
Según la teoría cíclica de los procesos sociales, al crecimiento económico seguirá la crisis y a esta un nuevo crecimiento. Lo mismo se aplica al crudo, afirman los optimistas.