Se calcula que, una vez al máximo de su capacidad, los dos campos petrolíferos juntos darán unos 700.000 barriles de crudo diarios, detalló el ministro de Petróleo de Irán, Rostam Qasem.
En primer lugar, se trata de Azadegan, un territorio de unos 900 kilómetros cuadrados ubicados al norte del país, en la provincia de Juzestán, en la zona fronteriza con Irak. Se considera uno de los mayores yacimientos petrolíferos del mundo: sus reservas geológicas estimadas son de 42.000 millones de barriles, siendo explotables 5.200 millones de barriles.
La primera explotación del campo tuvo lugar en 1976, pero la fecha de su descubrimiento definitivo fue 1999, cuando los especialistas pudieron valorar su potencial. En 2009 la Corporación Nacional de Petróleo de China y la Compañía Nacional de Petróleo de Irán firmaron un contrato para desarrollar el bloque petrolero de la zona. En 2011 anunciaron el arranque de la primera fase de preparativos para el proyecto.
Otro yacimiento es Yadavaran, también en la provincia de Juzestán. Consta de dos partes, Koushk, descubierto en 2000, y Hosseinieh, descubierto en 2002. En 2003 los investigadores se dieron cuenta de que los dos campos están conectados entre sí y el lugar recibió el nombre de Yadavaran. Cuenta con un total de reservas geológicas de 17.000 millones de barriles, 3.000 millones de ellos son recursos explotables.
Las negociaciones con Sinopec (China Petroleum & Chemical Corporation) acerca del campo empezaron en 2004. En 2007 se firmó un acuerdo definitivo y la parte china se apoderó del 51% del yacimiento.
Hoy en día el sector petrolífero iraní está en una situación bastante vulnerable debido a las sanciones internacionales impuestas en su contra para que Teherán abandone el desarrollo de su programa nuclear.
Sin embargo, las autoridades de la República Islámica insisten en que el embargo no puede dañar seriamente su industria del crudo y comunican que seguirán desarrollándola en el marco de las estrategias elaboradas previamente.