A partir de ahora, el documento deberá aprobarse en la Cámara Alta para después ser firmado por el presidente ruso Vladímir Putin. Este trámite deberá completarse el 23 julio, en caso contrario Rusia tendrá que empezar negociaciones de nuevo.
El documento fue aprobado con 238 votos a favor y 208 en contra y una abstención.
Un protocolo similar fue rubricado en diciembre pasado en una Conferencia Ministerial de la OMC.
Tras finalizar el proceso, Rusia se convertirá en un integrante con plenos derechos en el organismo global en un plazo de 30 días, terminando así la odisea de tramites que duró 18 años.
La OMC ahora aglutina a 155 países que representan el 95% del comercio mundial. Se espera que con la adhesión de Rusia esta cifra se eleve al 98 %.
La iniciativa ha generado polémica en la sociedad rusa por los beneficios y desventajas de esta anexión.
Por un lado, contribuye al crecimiento económico del país gracias a la diversificación de los mercados. La entrada de Rusia a la OMC abrirá toda una serie de oportunidades y podría convertirse en la locomotora de las reformas económicas al amplíar los horizontes del país.
Por otro, los críticos sostienen que el flujo de mercancías extranjeras perjudicará la competitividad de las pequeñas empresas rusas, en particular las del sector agrícola.
Si bien, aún no se puede estimar si para Rusia la entrada a la OMC será beneficiosa o no, de todas formas cada sector y cada empresa del país deberá adaptarse a las nuevas condiciones.