En muchos países europeos el arranque del otoño estará vinculado con eventos clave como elecciones o la aprobación de presupuestos, y todos ellos, juntos o por separado, podrían desencadenar una gran crisis financiera. Además, la mayoría de las crisis históricas se han producido en esta época del año.
En septiembre, representantes del Banco Central Europeo (BCE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Europea acudirán a Atenas para resolver la concesión a Grecia del siguiente tramo de ayuda financiera. Caso de no concretarse la ayuda, Grecia estaría abocada a una situación de impago y a la salida de la zona euro. Sin embargo, los expertos de RGE Monitor creen que esto es poco probable.
Al fondo RGE Monitor de Nouriel Roubini le preocupan también los alarmantes niveles de rentabilidad de los bonos del gobierno portugués. Los expertos opinan que Portugal no conseguirá cumplir con sus obligaciones financieras y pedirá ayuda a la Unión Europea.
En cuanto a España, en septiembre se publicará un informe sobre el estado del sector financiero, a partir del cual se determinará la cantidad de préstamos del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF) que requiere el sistema bancario español.
En otoño comienza en Italia la campaña electoral de las parlamentarias. La situación política en el país es tan inestable que resulta imposible predecir sus resultados, indica RGE Monitor.
En lo que se refiere Alemania, a mediados de septiembre, el Tribunal Constitucional revisará la legalidad de las decisiones adoptadas en la cumbre de la UE en julio. El derecho del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (ESFS) y del Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM) a la compra directa de valores de países con dificultades de la zona euro puede ser cancelado.
Por su parte, Francia está a la espera de la aprobación del presupuesto para 2013, que en cualquier caso generará descontento popular.
Los Países Bajos también celebrarán unas elecciones que podrían privar al partido en el poder de escaños parlamentarios que serían ocupados por los euroescépticos que se oponen a prestar apoyo financiero a los países con problemas de la zona euro.
Finalmente, en septiembre el gobierno europeo presentará su proyecto de transformación del BCE en una sola autoridad bancaria fiscal. Los detalles de este programa aún no son definitivos y el plan tiene bastantes posibilidades de ser rechazado.