El incremento del número de casas de empeños en Italia es un “indicativo del nivel de las dificultades que sufre el país”, señala el presidente del centro, Gian Maria Fara.
Los anuncios del tipo “Compro oro” son cada vez más frecuentes en las calles de las ciudades y de los pueblos de este país europeo. La compra de este metal precioso se ha convertido en uno de los pocos negocios que dan beneficios en esta nación europea que vive una profunda crisis económica. Actualmente en Italia existen cerca de 28.000 comercios que compran oro e incluso se habla de un mercado negro, creado por varios grupos criminales vinculados con los empeños y el lavado de dinero. Este problema tiene que empezar a controlarse, según anunció ya en marzo de este año la ministra del Interior de Italia, Anna Maria Cansellieri.
Los problemas económicos no solo obligan a los italianos a empeñar las joyas familiares, sino incluso su dentadura postiza de metales preciosos. Por ejemplo, un habitante de Roma, Valerio Novelli, de 56 años, compartió con la agencia de noticias Reuters sus planes de vender sus dientes de oro. “No llegaré a final de mes sin deudas. Sé que no obtendré mucho, pero necesito dinero”, explicó el hombre su decisión.
Las autoridades intentan regular el lucrativo negocio de los compradores de oro. De hecho, los parlamentarios italianos han redactado un proyecto de ley que propone controlar la actividad de las casas de empeño e introducir un sistema de multas para este tipo de negocios.