La OMC dio este viernes acuse de recibo de la solicitud de Argentina de establecer consultas con EE.UU. en relación con las restricciones que Washington impone a la importación procedente del país sudamericano.
Con esta nueva disputa Argentina acumula seis procesos ante la OMC, dos como demandante y cuatro como demandado, en el plazo de tres meses, en una "guerra comercial" que nace de las políticas de importación del país sudamericano, vistas por varios países como "proteccionistas" y contrarias al espíritu del libre comercio.
Cerca de cuarenta países se quejan de que sus exportaciones a Argentina se han reducido por este motivo, algo a lo que Buenos Aires responde afirmando que las estadísticas muestran lo contrario y que las compras a la mayoría de los reclamantes se están incrementando.
Buenos Aires ahora denuncia a EE.UU. diciendo que Washington lleva diez años prohibiendo la importación de carnes bovinas frescas (enfriadas o congeladas) provenientes de Argentina sin fundamento científico, teniendo en cuenta la consideración del país sudamericano como zona libre de aftosa por parte de la Organización Mundial de Sanidad Animal.
La solicitud de consultas es el primer paso del mecanismo de solución de disputas de la OMC para dirimir los problemas entre sus estados miembros, y establece un periodo de 60 días para que las partes lleguen a un acuerdo, algo que ocurre en contados casos. Lo habitual es que pasado ese plazo no haya acuerdo y que la OMC cree un panel de expertos que decida sobre el caso, cuya resolución puede ser recurrida en un proceso que puede prolongarse años.
El economista Andrés Asiain considera que los países 'poderosos' del mundo son los más proteccionistas y a la vez esperan reglas diferenciales con respecto a los estados del tercer mundo. “EE.UU. es el país que tiene más denuncias recibidas en la OMC, una de cada cuatro denuncias sobre proteccionismo son en contra de EE.UU.”.
“Me parece que es una política de presión y amenaza sobre las naciones del tercer mundo en general que aplican las potencias, tanto EE.UU. como Europa, intentando sostener políticas comerciales diferenciales basándose en la prepotencia que le da ser una potencia frente a un país del tercer mundo”, concluyó Asiain.