Una delegación de este órgano supranacional llegó a Atenas este martes para persuadir al Gobierno de Antonis Samarás y que acepte un nuevo paquete de medidas de ajuste en medio de la protesta popular contra los recortes presupuestarios ya adoptados. Analistas independientes cuestionan tanto la representatividad de ese grupo, como la eficacia de sus sugerencias para combatir la crisis.
En las reuniones con Gobiernos nacionales como el griego “participan las personas a las que nadie ha elegido, que no tienen ninguna responsabilidad ante los Parlamentos”, dice el secretario de Economía de Izquierda Unida (España), José Antonio García Rubio. “Ellos presumen de su independencia y por lo tanto, todas esas medidas que están tomando van a en contra de la soberanía democrática que expresan los Parlamentos y que expresan los pueblos”.
“Grecia está siendo utilizada como un conejillo de pruebas para extender las medidas que nada tienen que ver con la crisis y que van sobre todo destinadas a hacer retroceder las conquistas de los trabajadores”, opina el economista y político español. Recuerda que las medidas de ajuste se están aplicando en el país helénico desde hace varios años, mientras que en otros casos, como en España, se lo hace con menor intensidad “y los problemas son cada vez más profundos”.
García Rubio no excluye que un grupo de negociadores exija en algún momento a España que siga el patrón griego. El político reitera que “no nos encontramos ante una terapia para salir de la crisis, sino ante un intento para hacer retroceder conquistas laborales, conquistas sindicales y el nivel de vida de la población”.
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