Múnich anunció un aumento de los precios de la cerveza en el Oktoberfest de 2012. Según los expertos, el precio de la cerveza en la famosa bacanal de Baviera ha aumentado un 43% en la última década, y este año no será la excepción. El precio medio de un litro en el famoso festival este año será 9,35 euros, 35 céntimos más que el año pasado.
Mientras el precio de la cerveza durante los días festivos se acerca a los 10 euros, el resto del año una jarra de esta bebida se mantiene en sus niveles habituales: de 6,60 a 8,80 euros.
Teniendo en cuenta que las ventas en el festival de 2011 alcanzaron los 7,5 millones de litros, se ve claro que con el reciente golpe de precios los organizadores ganarían una fortuna, hecho que ha despertado a muchos alemanes.
Una asociación germana ya está buscando la vía legal para frenar el crecimiento del precio de la bebida estrella de la fiesta.
"Exigimos un precio máximo de 7,10 euros por litro para todas las bebidas", dijo Jans-Ulrich Bittlinger, presidente de la asociación. La petición también busca establecer un límite del crecimiento anual del precio de alcohol: 15 céntimos cada primero de septiembre.
El grupo espera dar comienzo a la campaña el 22 de septiembre, día de la inauguración del festival de 16 días. La asociación tiene como objetivo recaudar entre 30 000 y 40 000 firmas, la cantidad necesaria para celebrar un referéndum oficial, para presionar a las autoridades antes de las elecciones a la alcaldía de Múnich en 2014.
"Para la ciudad de Múnich, es perfectamente posible establecer este tipo de límite", dice Bittlinger, cuya asociación cuenta con 4000 miembros.
Sin embargo, las autoridades municipales se oponen al referéndum y afirman que los administradores municipales no participan en la fijación de precios de la cerveza.
"¿Por qué estas personas exigen un límite de precio de 7,10 euros? ¿Por qué no acaban por pedir cerveza gratis para todo el mundo en el Oktoberfest?", dijo Roiderer Toni, portavoz de las tiendas de cerveza durante la fiesta, al diario alemán 'Der Spiegel'.
Roiderer, que tachó la idea del referéndum de "populismo puro", argumentó que los vendedores han invertido millones de euros para operar sus tiendas en el festival y ya tienen que recuperar sus pérdidas subiendo el precio de las bebidas.