El presidente de la Fed, Ben Bernanke, defendió el programa alegando los altos índices de desempleo y agregó que, aunque la economía parece estar "avanzando", las perspectivas siguen siendo "inciertas". El desempleo en EE.UU. se incrementó en agosto hasta el 8,1%, lo que significa que lleva ya 43 meses consecutivos por encima del 8%.
Bernanke explicó que esta nueva inyección de liquidez se realiza para "acelerar la recuperación", y avanzó que no elevará los tipos de referencia de manera "prematura", que están actualmente entre el 0% y el 0,25%, y que se ha comprometido a mantener ahora hasta "al menos mediados de 2015".
Bernanke reiteró que la Fed "no puede curar todos los males de la economía estadounidense", y puntualizó que "lo que podemos hacer es ofrecer algo de apoyo". Creo que [la nueva ronda de estímulo] tiene suficiente fuerza para ayudar a impulsar la economía en la dirección adecuada", precisó.
Algunos críticos, incluyendo el destacado inversor Jim Rogers, consideran que las anteriores rondas de flexibilización cuantitativa hicieron poco para ayudar a la economía tambaleante, y que el tercer intento tampoco será efectivo.
"QE1 fracasó, QE2 fracasó, así que no estoy tan seguro de que anuncien la QE3, porque sería de tontos otra vez", dijo Rogers esta semana.
Anteriormente el Banco de Inglaterra, que siguió el ejemplo de EE.UU. y adoptó medidas de flexibilización durante la crisis de 2008, decidio investigar a quién benefició realmente el programa, y descubrió que solo a los más adinerados.