"Argentina es buena en el fútbol y seguramente entiende de qué se trata", dijo Lagarde durante una charla en el Instituto Peterson de Washington, antes de aclarar que “escogimos la tarjeta amarilla […]. "Si no hay progresos, sacaremos la tarjeta roja”, sentenció.
El FMI ha reiterado que los datos oficiales argentinos sobre inflación y
producto interior bruto (PIB) difieren notablemente de los que manejan los
analistas privados y es necesario que sean de más calidad.
Según los estatutos del FMI, si un país miembro no cumple la aplicación de las acciones especificadas por el Directorio Ejecutivo antes del fin del plazo, el director gerente del organismo puede recomendar -y el Directorio Ejecutivo decidir- si emite una declaración de censura. "Todos los jugadores son iguales, incluido los argentinos, a pesar de lo buenos que son jugando al fútbol", subrayó Lagarde.
Por su parte, la presidenta del país, Cristina Fernández de Kirchner,
afirmó al diario 'La Nación' que "hubo dos partes en las declaraciones de
Lagarde: una en la que habló de la tarjeta roja, otra en donde señala
que hubo avances. Esto la prensa no lo destaca".
Es la primera vez que la jefa del Fondo se expresa en términos tan categóricos sobre lo que podría depararle a Argentina. Hace ya más de tres años que el organismo viene poniendo en duda la veracidad de los datos oficiales, sobre todo en lo que se refiere a la inflación.