Esta subida del impuesto sobre la renta a los más acomodados es una de las claves de los nuevos presupuestos. No obstante, hasta la gente común muestra incredulidad ante su efectividad.
“Esta estrategia es incorrecta en todas partes de Europa. Hay una crisis bancaria, pero la gente está pagando el precio. ¡Es injusto! Hay que gastar y empezar a desarrollar la economía, pero no sé cómo”. “Es ridículo lo que el Gobierno está haciendo con esto de los impuestos para los ricos. ¡Es inaceptable, no tiene sentido!”, fueron los comentarios de los franceses a RT.
Con el aumento de los impuestos a los ricos y el recorte en los salarios del presidente y los parlamentarios, aspira a ahorrar un monto de entre 20 000 y 10 000 millones de euros respectivamente. Pero esta puede ser un arma de doble filo, expertos consideran que este cambio espantará a los inversores tanto locales, como extranjeros.
“Los altos impuestos harán que los empresarios abandonen Francia, porque los índices son terribles…no habrá inversores… no habrá atractivo…esto devastará al país”, opina el analista político Alex Korbel.
En caso de un fracaso, los mayores afectados serán los millones de franceses que pagarían las consecuencias de la bancarrota. Así lo opina un empresario que emigró, como resultado del aumento de impuestos.
“Lo peor es que la gente que está feliz ahora con el castigo a los ricos, no entiende que el Gobierno comenzará con los ricos pero cuando no tenga éxito, descenderán y cobrarán impuestos a los pobres”, comentó a RT Alain Lefebvre, autor de la revista Juliette & Victor.
Asimismo considera que la medida podría tratarse de una maniobra política del Gobierno actual para no perder credibilidad.
“Hizo esto para calmar al electorado, para dar la impresión de que está haciendo algo. ¡Pero todo es un engaño! No servirá, simplemente no es suficiente, no hay tanta gente rica en Francia. Pero esto es como un hueso que se arroja a la gente, diciendo “no se preocupen, estamos esforzándonos”.
François Asselienau, candidato potencial para las elecciones del 2012, opina que sin importar los esfuerzos del líder actual, este problema tiene raíces más profundas.
“En las décadas pasadas los Gobiernos han estado recortando y recortando y recortando los gastos del Estado para ajustar el presupuesto pero de hecho cuanto más recortan, más retrasan el crecimiento económico. Esto conduce a la recesión y provoca un déficit aún más grande, y ellos se ven obligados a recortar otra vez. Considero que este será un presupuesto catastrófico”, opina.
Los resultados no se harán esperar y la popularidad del actual mandatario está en juego ante su nación. El reto es mejorar el déficit de 4,5% de este año, al 3% permitido por la Unión Europea. El panorama es bastante pesimista, pero algo es cierto Hollande cumplió una de sus promesas cruciales, elevar los impuestos a los ricos. Ahora de la efectividad de este cambio depende el futuro de Francia.