“Hace tiempo EE.UU. ha empezado a liderar no solo una guerra alimenticia contra México y algunos países de Latinoamérica, sino que es todo una política tanto de protección interna como de sumisión por parte de otros países hacia la economía americana”, dijo a RT el miembro del movimiento Latino USA.
El Ejecutivo mexicano consideró "precipitada" la decisión de las autoridades estadounidenses de suspender el acuerdo que permitía la libre exportación de tomate mexicano a ese país. Además, México amenazó con tomar represalias, alegando que la Administración Obama está tratando de apaciguar a los granjeros por la campaña electoral.
El Gobierno mexicano encontró apoyo en EE.UU. de grandes tiendas como Walmart, que temen un incremento de sus precios, y de otros cultivadores, que se preocupan porque sus productos se vean atrapados en una guerra comercial.
“La política podría presentarse así frente a la opinión americana para que esta crea que se está haciendo bien al consumidor, y sobre todo a la producción interna de EE.UU. Podrían ser dificultades económicas, pero es un plan ya que el tomate es el segundo producto más consumido después de la patata, y este así mismo podría ser el plan para destruir parte de la producción de algunos países terceros”, opina el experto que recalcó que la misma política se repitió “en el huevo, en el atún, en el maíz y en más vegetales y frutas”.
Según datos de las autoridades mexicanas, en el 2011 las exportaciones de tomate a EE.UU. llegaron a casi los 2.000 millones de dólares en beneficio de exportadores, comercializadores, trabajadores de la agroindustria y del consumidor norteamericano.