La idea de introducir un impuesto a la iglesia católica se pronunció después de que la UE presionara al Gobierno de Italia para que aprobara una ley que elimine la exención de impuestos para la propiedad de edificios históricos.
A la iglesia católica pertenecen más de 100.000 edificios en el país, muchos de los cuales se utilizan como centros comerciales, hoteles y restaurantes, pero no pagan impuestos. Con esta modificación, el fisco estima recaudar hasta 2.000 millones de euros al año.
A favor de la medida se pronunciaron unos 130.000 italianos que firmaron una petición. La oposición también respaldó la iniciativa, alegando que ante la cara de crisis todos son iguales.
"El marco regulatorio será definitivo el 1 de enero de 2013 -al inicio del año fiscal- y respetarán plenamente la legislación comunitaria europea", dijo el primer ministro del Gobierno italiano Mario Monti, cuyo Gobierno ratificó el decreto correspondiente.