"Se calcula que la explotación petrolera en Ecuador ha superado más de 100.000 millones de dólares en los últimos 15 años", asegura Pérez, y lamenta que las transnacionales, ya sean petroleras o mineras, consideren que el mundo es territorio de "su absoluta potestad" y "hasta pareciera que EE.UU. extiende su soberanía más allá de sus fronteras".
Estas formas de ver al mundo -dice- hacen que sus empresas, como ya se reveló incluso en WikiLeaks, "consideren a los Gobiernos como parte de sus agencias administradoras o que gestionan sus negocios en cada uno de los países".
La lucha de las comunidades de la Amazonía por obtener la compensación por la contaminación que provocó en la selva ecuatoriana entre los años 60 y 90 del siglo pasado ya lleva dos décadas.
Ahora, los damnificados tienen derecho a cobrar la sanción impuesta en cualquier parte del mundo donde la petrolera tenga presencia. Por lo tanto, según los abogados, ya se han iniciado los trámites en Canadá y Brasil.
Por su parte, la compañía con casa matriz está en Estados Unidos informó que seguirá defendiéndose de los intentos de los demandantes de hacer cumplir la sentencia a pesar de que la Corte Suprema estadounidense rechazó esta semana una apelación presentada contra la decisión del tribunal ecuatoriano.
Las comunidades indígenas de Ecuador acusaron a Texaco, firma que Chevron compró en 2001, de causar enfermedades entre la población local al verter desechos de las perforaciones en pozos sin recubrimiento. Chevron niega las acusaciones y dice que cumplió con un plan de remediación ambiental que fue aprobado por la estatal Petroecuador.