“Es raro que la realidad y la política diverjan tan fuertemente”, opina Edward Luce, columnista de 'The Financial Times'. “México está compitiendo con China como centro de producción para empresas multinacionales de EE.UU. u otros países, ya que está económicamente integrado con EE.UU. como cualesquiera dos miembros de la eurozona están integrados uno con el otro”, indicó.
Sin embargo, según el columnista, esta realidad no es retratada en la carrera electoral, ya que "en la campaña sólo se mencionan hechos vinculados con las drogas o con la inmigración ilegal". Sin embargo, según él, hasta esto se interpreta de forma distorsionada.
Por ejemplo, los mexicanos ya no se muestran tan dispuestos como antes a trabajar en las obras de construcción en Estados Unidos o recoger fruta en California y Florida. Hace diez años, aproximadamente 800.000 mexicanos cruzaban la frontera de EE.UU. cada año, pero a día de hoy el flujo se contrajo considerablemente. La mayor emigración pacífica en la historia de los inmigrantes ha terminado, estima.
Ni el presidente Barack Obama ni su rival republicano, Mitt Romney mencionan esta tendencia decreciente, “aunque el presidente ha contribuido a mantener la tendencia de la deportación con casi 1,5 millones de inmigrantes ilegales más que George W. Bush y Bill Clinton juntos”, destaca Edward Luce.
México invierte en la economía de EE.UU.
“Hoy en día los mexicanos son más proclives a cruzar la frontera con EE.UU. para invertir”, dijo en referencia al auge de la actividad empresarial mexicana en el norte de la frontera.
Además, tales compañías mexicanas como Cemex, Grupo Bimbo son líderes en sus segmentos en EE.UU.
En segundo lugar, la demografía de Estados Unidos está cambiando a una velocidad vertiginosa. Muchos se centran en el horizonte de 2050, cuando se prevé que los mexicano-americanos representen un tercio de la población de EE.UU., pero ya en la actualidad las cifras son impresionantes. En Texas y California, dos estados más poblados, la mayoría de los escolares ahora son hispanos y son los votantes del mañana.
"A medida que la clase media mexicana se enriquece, se reducirá el diferencial con la asediada clase media estadounidense: de hecho, son dos caras de la misma moneda. En ese momento -¿quién sabe?- tal vez México tenga que reforzar su seguridad fronteriza”, concluye Edward Luce.