La declaración no tardó en desencadenar grandes ventas en las bolsas de Europa e hizo caer el euro hasta casi 1,27 frente al dólar. Aún más, los datos divulgados esta semana muestran que es poco probable que la moneda europea recupere sus posiciones a nivel internacional. De acuerdo con la cifra oficial, la producción alemana cayó un 1,8% en septiembre, mientras que los pedidos industriales se redujeron en un 3,3%, lo que es mucho peor de lo que indicaban los pronósticos.
Todo esto “sugiere implícitamente” que Alemania ya “podría estar en recesión”, opina Annalisa Piazza, economista de Newedge, una agencia internacional de gestores financieros. En otras palabras, “la zona euro está perdiendo su principal motor de crecimiento”, según la experta.
Si anteriormente la economía más fuerte de la región era capaz de resistir la crisis, con un crecimiento del 4,2% en 2010 y del 3% en 2011, en 2012 la situación es diferente. En el primer trimestre del año el incremento fue del 0,5% y en el segundo se redujo hasta el 0,3%. Un consejero financiero del Gobierno alemán, Lars Feld, calcula que el crecimiento económico anual en 2012 no superará el 0,8%. Destaca que en este contexto los pronósticos para 2013 no pueden ser optimistas pero insiste en que por el momento es imposible concretar más.