El Centro de Investigación de la Opinión Pública de la Federación Rusa ha presentado un estudio sobre el impacto de la crisis global financiera en seis antiguas repúblicas soviéticas: Rusia, Ucrania, Bielorrusia, Lituania, Kazajistán y Armenia.
Según el sondeo, los ciudadanos de estos países se muestran muy preocupados por la crisis: 80% en Rusia, 79% en Kazajistán y 78% en Armenia.
El país que más inestabilidad económica está atravesando es Ucrania, donde el 64% de los encuestados vive sus repercusiones. La tasa es un poco más baja en Lituania (49%) y Rusia (45%). Los bielorrusos son los que menos afectados se ven por la inseguridad económica (31%).
El síntoma más pronunciado de la crisis es el crecimiento de los precios, según señalaron el 86% de los ucranianos, el 81% de los rusos y el 79% de los bielorrusos. El segundo efecto más notable es la reducción de los ingresos, que tuvieron que aceptar los bielorrusos (45%), así como los ucranianos y los rusos (43% y 41%, respectivamente). Los encuestados también se vieron obligados a renunciar a las compras de ciertas mercancías, sobre todo los bielorrusos (37%), seguidos por los ucranianos (28%) y los rusos (23%).
Los ciudadanos de los países donde se realizó la encuesta tienen distintas opiniones sobre qué etapa de la crisis están atravesando. La mayoría (76%) de los lituanos están convencidos de que su país sólo está entrando en la crisis y en torno a la mitad (51%) de los ucranianos cree que su país está en el punto álgido del declive. En Kazajistán la gente cree que está saliendo de la crisis (42%) mientras que en Rusia y Bielorrusia la situación es más ambigua. El 31% de los rusos y el 29% de los bielorrusos opinan que se están recuperando de la crisis, pero el 29% y el 35%, respectivamente, ve la situación actual como su nivel máximo. El 13% de los rusos afirmó que no hay ninguna crisis.