De eso advierte el economista Alfredo Serrano Mancilla, quien opina que no hay razones objetivas para que Argentina caiga próximamente en un ‘impago técnico’. Las especulaciones infundadas acerca de tal perspectiva han desestabilizado ya la situación en la bolsa de Nueva York, donde el país sudamericano afrontará más de 3.000 millones de dólares en vencimientos en diciembre próximo.
Los seguros de impago de la deuda soberana argentina a 5 años aumentaron en 224 puntos básicos en pocos días, después de que una corte de apelación de Manhattan dispusiera que Buenos Aires debe resarcir a dos fondos de inversión unos 1.400 millones de dólares. Se trata de las empresas NML Capital y Aurelius Capital Management, que perdieron bastante durante la crisis financiera del 2001.
Sospechas sin fondo
Según los datos de la compañía de información financiera Markit, el precio anual para adquirir una salvaguardia contra el incumplimiento de pago de 10 millones de dólares ha superado los 2 millones. Hay sospechas que la situación aún pueda empeorar si el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner se niega a pagar a los acreedores, a los que catalogó como ‘fondos buitres’.
“Argentina renegoció la deuda —recuerda Mancilla—, congeló la deuda con un acuerdo con grandes bancos, con contrapartes y acreedores que aceptaron nuevas condiciones de pago, porque eran imposibles e ilegítimas aquellas condiciones adquiridas en el neoliberalismo”.
El país cancela su deuda regularmente, tiene una capacidad económica avalada prácticamente en todas sus cifras macroeconómicas, dice el experto. A su juicio, “lo sorprendente (porque parece más un chantaje) es que las agencias ‘descalificadoras’ están haciendo una suerte de presión para procurar comprar unos fondos buitres que no aceptaron las condiciones que el resto de los acreedores sí aceptaron, en 2005 primero y (luego) en 2010”.