El inversionista británico Jeremy Grantham, uno de los financistas más influyentes del mundo según Bloomberg, presentó su pronóstico sobre la economía estadounidense. Es más que pesimista.
“La tasa de crecimiento del PIB estadounidense –de más de un 3% al año–
a la que nos hemos acostumbrado durante los últimos cien años no es que esté escondida por unos percances temporales. Se ha ido para siempre”, dice Grantham.
Según el financista, una de las causas principales son los problemas demográficos y la respectiva disminución de la fuerza laboral. Otro factor decisivo es la productividad industrial que es todavía alta, pero cuya parte en el PIB de EE.UU. cae definitivamente.
Menciona también el temor de los inversores de arriesgar su capital invirtiendo en tecnologías nuevas y en contratar a nueva gente en una situación general de incertidumbre. Pero como aspecto más importante Grantham destaca la subida de los costes de los recursos naturales –en un 7% anual desde 2000–
que ‘anula’ los efectos positivos del desarrollo de tecnologías de procesamiento de estos recursos.
Calcula que el acceso a los recursos baratos puede reducirse aún más y en este caso el incremento de los precios se acelerará hasta un 9% anual. Si esto sucede, EE.UU. se enfrentará a una situación en la que tendrá que dirigir todo el crecimiento generado por su economía a tener suficientes recursos para poder hacer que el sistema funcione, advierte el inversionista.
El último factor que menciona Grantham es el cambio climático y su impacto en el precio de los alimentos y en su calidad.
Según el financista, hacer pronósticos optimistas, usando instrumentos económicos de medición antiguos, puede agravar la situación aún más. Con lo cual, exhorta a los especialistas estadounidenses a reconsiderar sus métodos y ajustarlos a la realidad.