La globalización resultó beneficiosa para muchos países en vías de desarrollo, les permitió modernizar la industria y conseguir mayor bienestar económico para la población, “mientras los países desarrollados han vivido la desindustrialización, la reducción de la clase media y un crecimiento de las desigualdades sociales”, señaló el canciller en una Asamblea del Consejo de Política Exterior y de Defensa.
En estas condiciones, China tardará unos 5 o 6 años en convertirse en una de las principales potencias económicas y posteriormente “se podrá hablar de la transformación del yuan en la principal moneda de reserva”, concluyó Lavrov.
En general, se puede esperar que “en 20 años” el orden mundial sea “totalmente diferente”, lo que activará un “doloroso proceso de reajuste de las relaciones internacionales”, añadió el ministro.
Asimismo, numerosos expertos, entre ellos los del banco Royal Bank of Scotland, también admiten que el yuan se transformará en una moneda plenamente convertible en 2015, lo que se asocia con la búsqueda de una alternativa al dólar por parte de los inversores.
De hecho, algunos países ya utilizan sus propias monedas en las transacciones con China, evitando el uso de los dólares estadounidenses.