La práctica de declarar los vínculos políticos de los empresarios chinos que quieren crear un negocio en EE.UU. es discriminatoria, según Wang Qishan.
"¿Cómo se puede comprobar si una persona está relacionada con el Partido Comunista o cualquier otro?", declaró Wang Qishan durante una reunión con sus colegas del Gobierno de EE.UU. en Washington citado por 'The Financial Times'.
El funcionario agregó que a los estadounidenses no les hacen preguntas de esta índole cuando invierten en países extranjeros.
Este tipo de control tiene consecuencias significativas. Así, en octubre el Congreso recomendó a las compañías estadounidenses que se abstuvieran de cooperar con los fabricantes chinos de telecomunicaciones Huawei y ZTE en relación al Partido Comunista de China.
En septiembre, la Casa Blanca exigió a Ralls Corporation, controlada por inversores chinos, que detuvieran un proyecto de una planta de energía eólica cerca de una base militar en el estado de Oregón.
En los últimos tres trimestres de este año, las empresas chinas invirtieron un récord 6.300 millones de dólares en EE.UU., según Rhodium Group, una consultora de investigación con sede en Washington.
"La cartera de ofertas pendientes sigue siendo fuerte pero el debate público, cada vez más caliente en EE.UU., está agravando las tensiones existentes en la relación de inversión entre EE.UU. y China", dijo Thilo Hanemann, director de investigación de Rhodium citado por 'The Financial Times'.