"Europa tiene que decir: 'La crisis termina aquí. Grecia es parte de la zona euro y punto'. Y para hacer esta declaración creíble, sin embargo, se necesita el respaldo de la economía más grande y más dinámica aún del mundo. Aquí es donde entra en juego Obama. El presidente de EE.UU. puede ayudar a resolver la crisis europea con un tipo de diplomacia económica hábil que, ciertamente, ha eludido su administración hasta la fecha”, considera el ex primer ministro de Grecia.
"Y él tiene que convencer a la canciller alemana, Angela Merkel, que se haga todo lo posible para obligar a Europa a trabajar y asegurarle que el pueblo estadounidense va a ayudar una vez más”, indicó Papandreu.
Mientras tanto, la situación económica en EE.UU. deja mucho que desear. El país se vio abocado al peor precipicio fiscal de los últimos años, lo que consiguió evitar con grandes dificultades. La Cámara de Representantes de EE.UU. aprobó in extremis el acuerdo sobre el abismo fiscal ratificado anteriormente por el Senado, lo que permite posponer por dos meses el aumento automático de los impuestos para los estadounidenses y la reducción del gasto público.
Por su parte, Grecia se adentra en el 2013 sin grandes esperanzas de que el nuevo año sea mejor que el anterior, pues todas las previsiones pronostican que se mantendrá la recesión, calculada en el presupuesto de Estado en un 4,5 % del PIB, y que el desempleo seguirá subiendo.