Las sanciones occidentales depreciaron catastróficamente la moneda iraní
En poco más de dos meses, la cesta de la compra en Irán se ha colocado por los cielos. Productos de primera necesidad como el pollo, la leche o los huevos han duplicado su valor. Alimentos de primera necesidad que sitúan al ciudadano medio iraní en el punto de mira de las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y la Unión Europea.
"Desde la devaluación del rial, muchas empresas se han visto obligadas a cerrar. No tenían dólares para comprar los productos importados y no les ha quedado otra salida", dijo el empresario Ahmade Azerbayani.
El momento más tenso por la depreciación del dólar se dio a principios de octubre. Decenas de negocios del Gran Bazar tuvieron que suspender temporalmente sus actividades. El rial frente a la moneda estadounidense perdió un tercio de su valor en solo una semana. "El precio del dólar se disparó. No sabíamos qué hacer... en mi caso, si comprar alfombras o venderlas. Cerramos las tiendas para preguntarle al Gobierno qué hacer", señaló Amir Mohamed, propietario de una tienda en el Gran Bazar.
Algunos expertos ven la presión a la que está sometida la Administración de Ahmadineyad desde otro prisma muy distinto. "Ahora el Gobierno iraní tiene una excusa para que cuando no cumpla sus políticas pueda culpar a Estados Unidos y a la Unión Europea. Es una especie de escudo", indicó el analista político Mohammed Marandi.
Pero la que no tiene ese escudo es la gente común y corriente iraní, que ha visto como su dinero ha menguado. "Hemos tenido que cambiar nuestro modo de vida. Pensar en qué compramos y qué no. Tenemos que economizar, algo que no pasaba antes... Es difícil, pero aún lo podemos sobrellevar", dijo la ciudadana iraní Zina Mohamedi.
La rutina no ha desaparecido en Irán. Ni mucho menos. Las calles del Gran Bazar de Teherán siguen llenas. Sin embargo, algunos empresarios advierten que esa calma es la antesala del tsunami económico que puede asolar al país.