“Es la primera vez que el Fondo acude a una censura de esta naturaleza para un país miembro”, dice el analista. “El FMI se aprovecha de una presión política en la negociación que Argentina está llevando adelante en esos momentos con la justicia estadounidense y con el Club de París”.
Es una forma de marcar a los que hacen las cosas distintas”El ministro de Economía y Finanzas Públicas argentino, Hernán Lorenzino, consideró que la medida se debe a la decisión de su Gobierno de proteger a la industria nacional y al empleo, decir no a los buitres y financiarse evitando el mercado. Recordó que en el contexto de la crisis mundial, Argentina tiene un mercado interno fuerte, sigue creciendo, generando empleo, teniendo un consumo importante.
Entre los remedios sugeridos por el FMI, al revés, el titular destacó el “ajuste social, echar empleados, más impuestos, más deuda externa”. Esas recomendaciones y programas “van en dirección absolutamente contraria a lo que viene llevando adelante Argentina”, dijo. De este modo la censura, en su opinión, es “una forma de marcar a los que hacen las cosas distintas”.
“Si preocupa la credibilidad de las cifras, ¿dónde están informes sobre la alteración de balances en Wall Street de 2009?”, adelantó el ministro. “Eso si afectó globalmente”.
Los comentarios de Lorenzino siguen las pautas de las revelaciones hechas por la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, en una serie de tuits. El país, dijo, “construyó mercado interno con inclusión social y políticas contracíclicas”. A su juicio, esa parece ser la verdadera causa del enojo del FMI. “Argentina es una mala palabra para el sistema financiero global de rapiña y sus derivados”, señaló la mandataria.