El National Intelligence Estimate nombra también a Rusia, Israel y Francia como supuestos partícipes de acciones de espionaje de información comercial, pero aclara que el volumen de sus acciones no es comparable con el ciberespionaje que adelanta China.
El informe identifica a China como el país que intenta introducirse en los sistemas informáticos de las empresas e instituciones estadounidenses de manera más agresiva para obtener acceso a los datos que le podrían generar beneficios económicos, asegura el 'Washington Post'.
Esta información fue recopilada en uno de los documentos conocidos como ‘National intelligence estimate’, que recoge el consenso de la comunidad de estudios de inteligencia de EE.UU. y describe una amplia gama de sectores que han sido blanco de ataques informáticos en los últimos cinco años, incluido la energía, las finanzas, la tecnología de la información y el sector aeroespacial y automotriz, según explicaron personas allegadas al informe, que declararon bajo la condición de anonimato sobre el documento clasificado.
A pesar de que la evaluación no cuantifica el impacto financiero del espionaje, algunos expertos independientes externos han estimado el daño en decenas de miles de millones de dólares.
El ciberespionaje, que era visto en un principio como un problema principalmente para la inteligencia de EE.UU. y sus organismos militares, se considera cada vez más una amenaza directa para los intereses económicos de la nación.
Ante el problema, el Gobierno de Obama está buscando la manera de contrarrestar el robo de secretos comerciales por Internet, según informan las autoridades. Los analistas entienden que las opciones de la administración incluyen el envío de protestas formales, la expulsión de personal diplomático, la imposición de restricciones de viaje y visado e incluso denuncias ante la Organización Mundial del Comercio.