Las consecuencias favorables de la elección de un nuevo papa fueron destacadas incluso por los funcionarios del Vaticano. Por ejemplo, el cardenal Sergio Sebastiani, entonces presidente de la Prefectura para los Asuntos Económicos de la Santa Sede, dijo que la llegada de millones de turistas (en 2005 un récord de 3,8 millones de personas visitaron el Vaticano) condujo a un aumento en los ingresos de los museos locales, librerías, editoriales y unidades para la producción de monedas y sellos del Vaticano.
En busca de dividendos
De hecho, el presupuesto del Vaticano consta de dos documentos diferentes. Uno es el presupuesto del Vaticano que se genera y se gasta en el funcionamiento de los museos locales y los servicios postales. El otro es el de la Santa Sede, que incluye el costo de mantenimiento del papa, la Curia Romana, Radio Vaticana y la misión de la Santa Sede en el extranjero.Si en los últimos años los museos locales, después de una serie de reformas, comenzaron a aportar un ingreso estable al Vaticano, el presupuesto de la Santa Sede deja mucho que desear.
Según los últimos datos disponibles, en 2011 el déficit alcanzó un récord de unos 19 millones de dólares, superando el valor total de su déficit acumulado para el período comprendido entre 2007 y 2009.
El año pasado tampoco se destacó por el buen rendimiento que se confirma por los modestos resultados de muchos de los mercados financieros donde el Vaticano invierte activamente sus fondos y las declaraciones de los representantes de la Iglesia sobre la necesidad de ahorrar.