En las filiales españolas de las grandes cadenas como IKEA, Carrefour o El Corte Inglés se ha logrado llegar a un convenio colectivo que busca evitar los despidos en masa. Los trabajadores de las grandes superficies cobrarán menos, trabajarán más y no recibirán dinero extra por los festivos. Es el acuerdo que acaban de aprobar sus sindicatos mayoritarios para los próximos tres años, pese a las protestas callejeras de los mismos empleados.
Lo que están planteando es aprovechar el drama del desempleo para ganar ventajas competitivas”
“Esto no es un convenio, es un robo”, dice uno de los afectados. “En líneas generales se recortan los derechos de una manera drástica”, agrega. Otra indignada califica el dudoso logro de “un atentado contra los trabajadores”. En su opinión, los empresarios “no saben que es pan para hoy y hambre para mañana”.
La situación afectará finalmente el consumo, advierten los líderes sindicales del país. A su juicio, el cuadro del día consta de lo siguiente: menos ingresos, menos inversión, más desempleo y todo eso unido a la subida de precios.
“Lo que están planteando es aprovechar el drama del desempleo para ganar ventajas competitivas a costa de los derechos y los salarios de los trabajadores”, opina Toni Ferrer de la Unión General de Trabajadores (UGT). “Hay algo que se está demostrando, mientras hay un desplome de las rentas de los asalariados, están aumentando las rentas empresariales”.
No solo no hay estímulo, sino que esa caída de ingresos está arrastrando a una caída de la economía”
Tampoco parecen convencer las recomendaciones del Banco Central Europeo: bajar los salarios para ser más competitivos. Es una medida de dudosa eficacia y contraproducente, dicen desde la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
“En los países en crisis no solo no hay estímulo”, dice el director de la OIT en España, Joaquín Nieto, “sino que esa caída tan importante de ingresos tanto en lo público como en lo privado está arrastrando a una caída de la economía. La realidad ha demostrado que por cada punto de austeridad hay punto y medio o dos de caída del empleo, y tiene que ver con esto: la caída de los ingresos hace caer la economía”.
Las recetas anticrisis aplicadas por el Gobierno de España, aseguran desde la Moncloa, comenzarán a dar frutos en 2014. Es, sin embargo, un horizonte remoto para el 26% de los españoles que se encuentran sin trabajo. Y es también bastante lejano para los que lo conservan, pero deteriorado.