Admite al mismo tiempo que la realidad resulta peor que sus profecías anteriores. Así, sostiene que “nunca podía creer que de una manera sin precedentes iban a recurrir al robo del dinero de las cuentas bancarias de la gente” (en el caso del plan A para Chipre, negociado por Nicosia y la Troika).
Después de que el casillo de cartas, mencionado por Farage, se derrumbe, “países como Alemania afrontarán unas perdidas en vano: posiblemente tan grandes como un billón de euros. Por eso ahora son capaces de hacer literalmente cualquier cosa por mantener el euro a flote”.
Acudieron a un intento de robo en un país y pueden repetirlo en Italia, España, Portugal o en otro lugar, afirma el eurodiputado. “Y el mensaje que enviaría yo en su lugar a la gente que tiene algunos ahorros en los bancos de aquellos países es: ¡Retiren su dinero mientras puedan!”.
Digan a los centenares de miles de británicos que viven en el sur de España que por el amor de Dios retiren su dinero y lo saquen de ese país”
En su opinión, el Gobierno del Reino Unido en un principio debería de haber avisado a sus súbditos qué estaba pasando acerca de Chipre. Y ahora, cree, lo que tiene que hacer es ayudar a los británicos residentes allí, en su mayoría jubilados.
Asimismo, opina el independentista británico, es preciso que las autoridades del país “digan a los centenares de miles de británicos que viven en el sur de España que por el amor de Dios retiren su dinero fuera de ese país y solo acudan a transferencias mensuales para pagar las facturas”.
Tampoco se puede invertir capitales en ninguna parte de la zona euro, agrega el político. La razón es la falta de respeto a los principios básicos de la civilización occidental por los que gobiernan actualmente Europa.
Para Chipre, dice, es mejor que se declare en bancarrota e insolvente en lo que se refiere a los bonos internacionales. Así incluso podría conservar su sector bancario y una parte de confianza en el país.