Con ciertas reservas, los expertos del organismo esperan que la tasa promedio de crecimiento de la producción per cápita de un 8% siga vigente durante toda la década corriente. En 2014, el pronóstico basado en los métodos estadísticos, la establece con bastante precisión en el 8,9%, mientras que EE.UU. no superará el 2,8%.
A lo largo del lustro de la crisis financiera global la tasa del crecimiento ha ido descendiendo, y en 2012 alcanzó su nivel mínimo en 13 años: el 7,8%. Primordialmente eso se debía a la débil demanda de las mercancías chinas que caracterizaba a los mercados europeo y estadounidense.
Asimismo en los años posteriores la coyuntura económica mundial podría volverse muy negativa para China, admiten los expertos. Sin embargo, la demanda interna seguirá creciendo y el boom consumista será suficiente para mantener un crecimiento económico mayor que el que registra y se proyecta para los años 2013—2016 en EE.UU.
Entre otros factores propicios a esta tendencia, el informe indica las reformas realizadas en el sector financiero, la política innovadora y la creciente competitividad, aunque en este último aspecto no todo lo anunciado por el Gobierno fue un éxito. Incluso importantes cambios de los precios de los hidrocarburos, alimentos y productos industriales en los mercados no pueden volver hacia atrás los logros alcanzados por China.