El Departamento del Tesoro indicó que una red de empresas operaba miles de millones de dólares a favor del régimen iraní, incluyendo una empresa afiliada al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica.
En particular, el empresario Babak Morteza Zanjani gestionaba una red que transportaba petróleo y efectuaba operaciones con dinero en efectivo eludiendo las sanciones económicas, el objetivo de las cuales es obligar a Irán a detener su programa nuclear.
La red incluye a la compañía de comercio de petróleo iraní Naftiran Intertrade Co. basada en Suiza y al banco malasio First Islamic Investment Bank que cooperaba con las organizaciones controladas por el gobierno de Irán.
Las sanciones conllevan la congelación de los activos de dichas organizaciones en Estados Unidos, y la prohibición expresa de que individuos y empresas estadounidenses trabajen con ellos, así como "con los culpables de la proliferación de las armas de destrucción masiva y sus cómplices".
"A medida que las sanciones internacionales se han vuelto más y más sofocantes, Irán ha recurrido a técnicas criminales de lavado de dinero, trasladando su petróleo y dinero con nombres falsos y pretextos", afirma David Cohen, subsecretario del Tesoro para terrorismo e inteligencia financiera citado por 'The Wall Street Journal'.