La medida dará la posibilidad a empresas o personas chinas o extranjeras de intercambiar moneda sin restricciones en la compra de activos o acciones. La decisión forma parte de un paquete de reformas aperturistas del Consejo de Estado chino, encabezado por el nuevo primer ministro, Li Keqiang.
Se prevé que la plena convertibilidad del yuan facilite el flujo de capitales e inversiones desde y hacia China en un momento en que la segunda economía mundial desempeña un papel cada vez más importante en la economía internacional.
La convertibilidad permitirá regular la situación económica del país por medio de tasas internas como lo hacen la Reserva Federal de EE.UU. y el Banco Central Europeo.
Además, China obtendrá otra ventaja: el yuan se incluirá en la canasta del FMI, sobre cuya base se establecen los derechos especiales de giro. Por lo tanto, el yuan tiene una oportunidad de convertirse en moneda de reserva mundial derrocando principalmente al dólar estadounidense.
El proceso de 'derrocamiento' del dólar en las transacciones comerciales lanzado por China se acelera, destacan los economistas. Cada vez con más frecuencia los países utilizan sus propias monedas en las transacciones esquivando la divisa estadounidense.