Hiroshima y Nagasaki en agosto de 1945 y 70 años después
Cáncer, mutaciones genéticas y mortalidad infantil. Estos días, el 6 y 9 de agosto, la humanidad conmemora el único caso de uso bélico de armas nucleares en su historia: el bombardeo de las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki por parte de EE.UU.
Los dos bombardeos mataron instantáneamente al menos a 129.000 personas.
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REUTERS \ Shigeo Hayashi\Issei Kato
Se estima que en los primeros 2-4 meses posteriores, los agudos efectos de los ataques —mayormente, quemaduras y el síndrome de irradiación aguda— se cobraron entre 90.000 y 166.000 vidas en Hiroshima y entre 39.000-80.000, en Nagasaki.
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Las estimaciones de víctimas fatales de diferentes tipos de cáncer en los años posteriores suelen variar entre 565 y 1.900.
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Las autoridades locales estiman que unas 450.000 personas (286.818 en Hiroshima y 162.083 en Nagasaki, según datos de 2013) perdieron la vida como consecuencia de los bombardeos.
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La gran mayoría de las víctimas eran civiles
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El saldo final de las víctimas mortales no está claro a día de hoy.
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Tanto Hiroshima como Nagasaki eran ciudades industriales, no eran centros militares.
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Según el Instituto Estocolmo de Paz (SIPRI, en inglés), para inicios del 2015 en el mundo hay un total aproximado de 15.850 armas atómicas repartidas entre nueve Estados: EE.UU., Rusia, Reino Unido, Francia, China, la India, Pakistán, Israel (aunque este no lo admite oficialmente) y Corea del Norte.
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