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Para tenerlo claro hay que sentirlo en carne propia

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Para tenerlo claro hay que sentirlo en carne propia

¿Alguna vez sacaste la mano por la ventanilla de un avión volando a 250 kilómetros por hora para sacar una foto? 

¿O por ahí viste a la Tierra desde un ángulo como este?

Bueno, estas son algunas de las posibilidades que te dan los vuelos de entrenamiento. Y si sacar la mano por la ventana para sacar una foto, en realidad, no es un requisito, los virajes profundos y otros ejercicios de este tipo sí que lo son, ya que un piloto tiene que saber cómo se comporta el avión en posiciones anormales y cómo manejarse en esas situaciones.

Puede que no te parezca, pero en ciertas circunstancias es muy fácil perder la orientación, por ejemplo en las nubes o durante un vuelo nocturno cuando el horizonte deja de ser una referencia visual. En algunos casos al organismo le cuesta sentir los cambios de inclinación si no los ve y por eso al piloto le puede dar la impresión de que el avión está en posición horizontal aunque en realidad no sea así. Demás está decirlo: un piloto ‘desubicado’ es peligroso, porque puede tomar decisiones incorrectas. Pero la aviación civil no es lugar para el azar y los diseñadores no nacieron ayer: este factor, por supuesto, está previsto, por eso el avión cuenta, no sólo con instrumentos especiales que indican su posición, sino que, además con alarmas que llaman la atención de los pilotos en caso de que éstos cometan algún error. Y de todas maneras, como te contaba, los entrenamientos incluyen ejercicios que permiten que el piloto sepa qué se siente estar en posiciones críticas, y aprenda a recuperar el control.

Durante un típico entrenamiento de recuperación hacemos dos ejercicios: virajes profundos y barrenas. Los virajes se hacen con una inclinación de 30, 45 y 60 grados (¡una vez llegué a los 90!) a una altura permanente, lo que provoca el aumento de la fuerza de gravedad. Eso te hace sentir más pesado y puede causar mareo. Las barrenas son más interesantes, ya que durante un tiempo el avión, estando a 2.000 metros de altura, empieza a caer verticalmente y dando vueltas. ¡Y créeme, girar de cabeza hacia la tierra da cierta adrenalina! En el siguiente video puedes ver a qué me refiero.


 

¿Qué puede causar caídas de este tipo? La pérdida de velocidad, por ejemplo, que hace que disminuya el flujo de aire que sostiene al avión y que se pierda la posibilidad de controlarlo. Es para comprender a fondo este fenómeno, que nosotros, antes de empezar a volar con pasajeros, hacemos este tipo de ejercicios.

En otras palabras, éste es otro aspecto importante que tienes que tomar en cuenta antes de subirte a un avión: no estás en manos de la suerte, de tu vida se está haciendo cargo una persona que sabe perfectamente lo que hace, que está entrenado para manejarse en situaciones difíciles y que se apoya en los resultados de las más precisas investigaciones científicas de un enorme grupo de especialistas. Una persona que asume la responsabilidad de sus pasajeros porque sabe a ciencia cierta que está en condiciones de hacerlo.

Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.

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