Suicidio presidencial (parte 1)

Cara a cara contra el viento por Yevgueni Netyksa

Como todos seguramente ya saben, el 10 de abril del 2010 el avión presidencial de Polonia, con su presidente Lech Kaczynski y su comitiva abordo, se estrelló durante la aproximación al aeropuerto de la ciudad de Smolensk, Rusia. Los 88 pasajeros y 8 miembros de la tripulación fallecieron. Según lo que dicen las autoridades y los medios polacos la culpa del accidente la tuvo el controlador de torre que no prohibió el aterrizaje de la nave en condiciones de poca visibilidad. Los rusos dicen que el controlador, según las reglas, simplemente no tiene el derecho de prohibirlo, o sea que la culpa la tuvieron los pilotos que descendieron debajo de la altura de decisión sin tener a la pista en vista, lo que finalmente provoco el impacto de la nave con la tierra. 



Hay mucha política atrás de esto. La relación entre Rusia y Polonia ya estaba bastante tensa y el accidente le echó mas leña al fuego: imagínate lo que es perder a casi 90 representantes del poder nacional en un accidente aéreo en un país enemigo… Obvio que al principio todos pensaron que se trato de un atentado. Los pilotos presidenciales son en general de mucha experiencia y era muy poco probable que la tripulación hubiera cometido algún error catastrófico. Pero como veremos probable al fin y al cabo… En fin, no hablaremos de política y tratemos de llegar a conclusiones objetivas.

   

 

Antes de todo: ¿Qué es lo que paso? Cuando el avión ya estaba cerca de Smolensk, el controlador local informó a la tripulación que la visibilidad en el aeropuerto era mas o menos de 400 metros con un ‘techo’ (o sea, visibilidad vertical) de 40 metros. Como nosotros ya sabemos cada pista tiene un ‘mínimo’ de visibilidad, hasta el cual el avión puede aterrizar. Este valor depende de los sistemas del aeródromo: las pistas con equipos modernos y precisos tienen mínimos menores que aquellas, cuyos sistemas son mas primitivos. El aeropuerto de Smolensk no es civil y hoy nadie nunca va a invertir miles de dólares en tecnologías para un aeródromo militar. El único sistema por instrumentos disponible en Smolensk era de ‘NDB’ (Non-Directional Beacon), que es mucho mas primitivo y menos preciso que los ILS (ver post ‘A ciegas’). 

Dejemos los detalles del sistema para otra ocasión, lo importante ahora es que el mínimo para cierto sistema es de 100 x 1500: cien metros de ‘techo’ y un kilómetro y medio de visibilidad. Según las reglas si el tiempo es peor que el mínimo esta prohibido iniciar la aproximación, porque en la parte final el piloto tiene que tener referencia visual con la pista para aterrizar la nave en modo manual. 

En fin, el tiempo era de 40 x 400, o sea que teóricamente el avión tenia que desviarse a su aeropuerto de alternativa. Pero teniendo en cuenta que la nave estaba repleta de pasajeros VIP los pilotos decidieron descender hasta los 100 metros para intentar aterrizar y en caso de que la vista estuviera cubierta de niebla, abortar la aproximación y dirigirse a otro aeropuerto. Al final a una altura de más o menos 30 metros la nave se chocó con las copas de los arboles y se estrelló contra la tierra. Nadie sobrevivió al accidente.

No es el primer accidente en ciertas condiciones: en los últimos años ocurrieron bastantes choques por culpa de intenciones erróneas de descender en búsqueda de tierra cuando alrededor no se ve nada. Psicológicamente es muy difícil abortar una aproximación justo en el momento cuando el vuelo esta casi completo y uno ya esta con ánimo de irse a su casa o de terminar su trabajo. Estando ahí parece que es cuestión de aguantar un par de segundos hasta que el avión traspase la nube, pero cierta violación lamentablemente hace aparecer la tierra antes de lo esperado y de una forma completamente diferente. 

Pero de todos modos este caso es especial: podríamos decir que la culpa formal de los pilotos, que descendieron debajo de su mínimo, es mucho menor que la culpa informal de aquellos que presionaron a la tripulación para hacer algo deliberadamente peligroso. ¿Por qué suicidio? La próxima vez te explico…