Muerte en equipo
El 7 de septiembre del 2011 un Yakovlev Yak-42D que llevaba al equipo de hockey Lokomotiv cayó cerca de la ciudad de Yaroslavl en Rusia poco después del despegue. Fallecieron 44 personas. Yo estaba al tanto del accidente y ya había estudiado algunos materiales de la investigación, pero para contarle los detalles leí el informe final… y se me puso la piel de gallina: lo que pasó es indignante.
En dos palabras: el avión pertenecía a la compañía Yak-Service ('Pirulito Airways' en castellano) y arribó a Yaroslavl para llevar al equipo a un partido en Minsk. Durante el despegue la nave aceleró hasta la velocidad necesaria pero no pudo tomar altura y se salió de la pista. Como los pilotos seguían tirando los timones y la nave seguía acelerándose el avión finalmente despegó, pero el ángulo de ataque llegó a ser tan grande que el avión enseguida cayó en perdida y se estrelló contra la tierra.
Eso es lo que pasó. Ahora veamos por qué. El avión, un Yak-42D de fabricación rusa, tenía 18 años, pero estaba en buen estado. Por lo menos no había desperfectos que pudieran haber causado el accidente. Los fallos tenían más que ver con la compañía misma. Según el informe el estado de Yak-Service era deplorable. Desde un principio había falta de personal para poder llevar a cabo la organización de una compañía aérea: no alcanzaban comandantes, instructores, inspectores, jefes de pilotos, ejecutivos y otros. Una misma persona tenia diferentes cargos a la vez. El copiloto del avión accidentado, Igor Zhevelov, subdirector de la compañía en el pasado, por ejemplo, también era comandante y jefe del escuadrón de los Yak-40. Un pequeño detalle: el Yak-40 (izquierda) y el Yak-42 (derecha) son dos aviones diferentes…
Con semejante desorden es lógico que también hubiera problemas de entrenamiento. El mismo Zhevelov empezó su programa de copiloto en el Yak-42 sin dejar de volar como comandante del Yak-40. Imagínate que te mando a estudiar chino a una escuela árabe en Uzbekistán: bueno, esto es más o menos lo mismo. No se hacían chequeos y controles de pilotos, cosa que no sólo es obligatoria según las reglas internacionales, sino que también es fundamental para mantener un nivel de seguridad mínimo. Por si fuera poco, la compañía a veces falsificaba los informes meteorológicos para no demorar sus vuelos... Sin comentarios.
Ahora, todo esto no explica por qué se cayó el Yak-42. Según lo que dice la MAK (la junta investigadora de Rusia) durante el despegue el avión no pudo acelerar suficientemente porque…
… porque estaba frenando. ¡FRENANDO!
Parece increíble, pero esa fue la razón por la cual el avión no pudo llegar a la velocidad de rotación dentro de la pista. Cuando finalmente soltaron los frenos la nave siguió acelerando ya fuera de la pista, pero cuando la sustentación llegó a ser suficiente el avión despegó con un ángulo demasiado grande. Como consecuencia, la velocidad disminuyo rápidamente, el avión cayó en pérdida y se estrelló contra la antena del localizador.
Los pilotos simplemente se confundieron de avión e hicieron lo que habitualmente hacían durante el despegue en el Yak-40. Los aviones tienen cuatro pedales: dos de freno (izquierdo y derecho) y dos para mover el timón de dirección en la cola. Por cuestiones de comodidad en general (incluso en el Yak-42) se usan pedales combinados donde para frenar hay que apretar la parte superior con la punta del pie y para girar hay que empujarlo. El Yak-40 es un poco más antiguo y por eso tiene los pedales separados. O sea que los pilotos creían que estaban controlando la dirección de la nave, cuando en realidad la estaban frenando.
Cuando por primera vez escuché la causa oficial del accidente me pareció que se estaban burlando. Pero teniendo en cuenta que en la sangre del copiloto encontraron fenobarbital, un sedativo del sistema nervioso y algo completamente prohibido para cualquier piloto, y todo el caos adentro de la compañía, ya no me sorprendo con nada. Si es verdad lo que dice la MAK, entonces la culpa es de todos, incluso de ella también por haber certificado a Yak-Service (sí, es la misma gente la que investiga accidentes y quienes certifican a las compañías) sin que tenga los suficientes recursos para mantener un nivel de seguridad razonable. Los gerentes de la compañía también son culpables por haber puesto de copiloto en un Yak-42 a un comandante de otro avión para ahorrar dinero. Finalmente los pilotos tampoco son angelitos: hubo bastantes errores graves durante aquel despegue que ya no tiene sentido mencionar.
Cualquier cosa al estirarse demasiado se rompe en algún momento. Lo raro es que con tanto delito y negligencia no se haya roto antes. Lamentablemente muchos se ponen a pensar y a hacer las cosas bien sólo después de que haya pasado algo.
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