Un gran saludo a todos desde a bordo...
Un gran saludo a todos desde la Estación Espacial Internacional!
Muchísimas gracias a Roskosmos y a su servicio de prensa por haber creado este canal de comunicación para mí. ¿Con qué empezar mi historia? Supongo que desde el inicio…
La verdad es que no esperaba que el despegue (de la nave Soyuz, N. de la R.) fuera tan, pero tan suave. Incluso me gustó. Imagínense que la nave todavía se encuentra en la Tierra y estamos allí dentro sentados esperando, sintiendo como se menea. Sobre todo si hay una fuerte ráfaga.
Luego detrás de mí, ahí justo donde está la torre de umbilicales, se separa el mástil de cables y esto también lo siento.
El cohete arranca muy, muy despacito. El ruido es bastante ligero. Cuando esto se ve desde el exterior uno jamás lo podría creer… E igual de suave aumentan las sobrecargas: más, más, más… Y así hasta 3,5–4G. Pero cuando se separan las etapas utilizadas, ¡ohh! Las sobrecargas caen a cero. La sensación es como si cayera a un abismo. Después otra aceleración y ¡ohh!… de nuevo al abismo…
Lo más interesante pasa cuando se separa la tercera etapa. Ahí se siente una extraordinaria sensación. Parece como si te colocaran cabeza abajo. Aunque permaneces sentado en el sillón se siente como si tus pies se te doblaran por detrás de las orejas :)
Y cuando se separa el carenado delantero se abre un portillo y aparece la luz…
Vía la Agencia Federal Espacial Rusa Roscosmos.
Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.