...Imagínense: está creciendo una lechuga, la ven dos jóvenes y sanos astronautas, ¡pero son incapaces de probarla!
Finalmente decidimos que no haría mucho daño si arrancáramos un trocito muy, pero muy pequeño. Lo masticamos y hasta sentimos una lástima. La hierba resultó absolutamente sosa.
Uno de estos días se nos dijo de la Tierra “ya, corten y congelen la hierba”. Organizamos una modesta ceremonia de “despedida de la lechuga”.
A propósito, ahora es mi turno de trabajar en el invernadero. Espero poder cultivar pronto “vitaminas” en la Estación Espacial Internacional.
Vía la Agencia Federal Espacial Rusa Roscosmos.