Historia “basurera”

La noche de viernes a sábado (de 6 a 7 de noviembre, N.de la Red.) apenas pudimos evitar un trozo de la basura espacial.
Fue así. El viernes se puso en contacto con nosotros el centro de Houston. Nos dijeron “disponemos de información de que en la “zona roja” de la estación, es decir en el radio de un kilómetro de la estación, se encontrará un fragmento de 1 cm.”
Por supuesto, nos pusimos nerviosos. Se alarmaron también nuestros colegas estadounidenses. Según los cálculos de los especialistas de Houston, la basura espacial iba a entrar en la “zona roja” en el período de 03.48 a 03.50 de la madrugada (en la EEI rige un sistema universal de tiempo UTC, N.de la Red.). Es decir, los chicos del segmento estadounidense de la estación tenían que “mudarse” al segmento ruso y ocupar sus sitios en nuestras naves Soyuz. (las naves rusas Soyuz es el único medio de salvación de los integrantes de las tripulaciones de la EEI en caso de emergencia, N.de la Red.).
Houston mandó cerrar todas las escotillas en el segmento norteamericano y recoger las cosas… Nuestro centro de mando también recomendó embalar las cosas, cerrar los conductos del aire, por si surgia una decompresión…
Román dijo: ¡Perfecto! ¡Recogeré mis cosas en el acto! ¡Pronto estaremos en casa! Y así de alegre fue corriendo… echaba de menos a su casa… (en aquel entonces Román Romanenko había pasado en la estación ya más de 5 meses, regresó a la Tierra el primero de diciembre, N.de la Red.).
Por la tarde el centro de Houston volvió a ponerse en contacto con nosotros diciendo “chicos, no se preocupen, por lo visto el fragmento pasará de largo. Por si acaso, llámenos a las tres de la madrugada y tomaremos una decisión".
Puse el despertador y me desperté. Los norteamericanos estaban hablando con el centro de control y de allí les dijeron “sigan durmiendo, falsa alarma”.
Contacté con nuestro Centro de control de vuelo, el cual me dijo “no se preocupen, todo está bien”. Allí están trabajando chicos muy normales, siempre capaces de encontrar palabras que tranquilizan. ¡Gracias a ellos! Así de “basurera” fue la historia que ocurrió con nosotros.

Mientras tanto seguimos trabajando...

Vía la Agencia Federal Espacial Rusa Roscosmos.