La Crisis de la Unión Europea, España y Mercosur (Segunda Parte)

Realmente, es probable que las medidas de austeridad propuestas por el gobierno de Rajoy sólo provoquen más desempleo, el cierre de más empresas y una recesión acelerada, aún si los objetivos de reducir el déficit a un 4.4% para este año se lograsen. A mi entender, hacen falta que se adopten medidas radicales y creativas para sacar a España del borde del abismo en que se encuentra. Las consecuencias de no tomarse las medidas necesarias para resolver esta crisis van de la emigración de miles de españoles profesionales al extranjero en busca de oportunidades, con la consiguiente pérdida de capital humano - un fenómeno que por cierto ya se está viendo - hasta una revolución que provocaría la caída de la monarquía y la fragmentación política de España, si algunas autonomías llegan a intentar buscar con la independencia una solución a la crisis económica.

Así se proponen las siguientes medidas para iniciar un proceso de recuperación económica que saque a España de la crisis en que está sumida:

1) España debe de salirse del euro. Como ha sugerido Lawrence Knight de la BBC, si España se sale del euro y devalúa la peseta tras reintroducirla, el valor de las deudas privadas bajaría, aunque también bajasen los salarios. Como resultado de la salida del euro, el gobierno español no tendría que depender de la buena voluntad del Banco Central Europeo para proporcionarle fondos en euros, pues el Banco de España no tendría ya impedimentos para proporcionarle fondos al gobierno y evitar que éste se quede sin caudales. Además, con la nueva peseta devaluada se abarataría el valor de las exportaciones, haciéndolas más competitivas y estimulando así sus ventas en los mercados internacionales. 

2) España debe de incrementar su producción nacional para la exportación.

Ya para alrededor de 1960 el gobierno español se había propuesto “basar el desarrollo en el comercio exterior”. Cuando España entró en la Comunidad Económica Europea en 1986 tuvo como condición previa para su ingreso en el Mercado Común que someterse a unas cuotas de producción limitadas para que sus productos no compitiesen con los de los países ya miembros de la CEE. Así España se vio obligada por ejemplo a reducir: su producción de vinos para favorecer en particular a los productores de vinos franceses, destruyéndose en el proceso viñedos; su producción de aceite de oliva para favorecer a los productores italianos y griegos de aceite de oliva, cortándose los olivares que hubieran creado excedentes de producción; su producción de naranjas para beneficiar a las exportaciones de naranjas de Israel, país que ni siquiera era miembro de la Comunidad Económica Europea como tampoco lo es actualmente de la Unión Europea; su producción de leche y productos lácteos, para beneficiar a la competencia de Dinamarca y Holanda; su producción ganadera, etc. España ha visto también su producción pesquera limitada por los dictados comunitarios y de la Unión Europea. España ante la crisis económica que experimenta debe de maximizar su producción en aquellos sectores donde gozaba y goza de una ventaja competitiva. El gobierno español debe de renegociar el sistema de las cuotas de producción y exigir su eliminación en la Unión Europea, pues aparte de que arbitrariamente va en contra de los intereses de los productores españoles viola el principio de la libre competencia y el libre mercado. España debe de buscar en la exportación de una mayor producción nacional no sometida a cuotas comunitarias una fuente fundamental de ingresos y a la vez activamente expandir sus mercados en todo el mundo. Si la Unión Europea se opone a estas medidas, España no necesita tanto de ésta como la Unión Europea necesita a España.

3) España como también Portugal deben de orientarse hacia Mercosur e Hispanoamérica. A los fuertes lazos históricos y culturales trasatlánticos de más de 300 años de unidad política hay que añadir las grandes oportunidades comerciales que Hispanoamérica y Brasil en general y Mercosur en particular ofrecen a España y Portugal y viceversa. España así debe de expandir sus lazos comerciales trasatlánticos con las otras antiguas Españas de ultramar, por ejemplo dentro del contexto de Mercosur, debiendo inclusive el considerar ser un día miembro de este bloque. España debe de considerar expandir sus lazos también con los países hispanoamericanos de la costa del Pacífico, con Venezuela, Centroamérica, México y el Caribe. EE. UU. debe de ser otro mercado a expandir, tomando en cuenta la creciente presencia e influencia de su población hispanoamericana. Otro mercado de suma importancia para España es la futura Unión Euroasiática y en particular la Federación Rusa, sobre todo por ser ésta una fuente esencial de hidrocarburos para Europa y ser además un mercado de consumo en gran expansión y por ello en gran medida virgen. Existe para España y Rusia un gran potencial dentro del ámbito de la cooperación en el plano energético, de la tecnología militar y la construcción naval. Otros mercados a los que España debe de considerar expandir de manera exponencial son la China y mercados asiáticos como los de Corea del Sur, Japón, las Filipinas, Indochina y la India. También sin duda los mercados del Norte de Africa y el Cercano Oriente son importantes y por los antiguos lazos históricos con España – tanto con el mundo árabe como con Israel por la población sefardí – pueden proporcionar un mayor margen de expansión para las exportaciones españolas. 

[Teniendo este blog tres partes, el próximo será la tercera y última parte de este escrito.]