La Crisis de la Unión Europea, España y Mercosur (Tercera Parte)

El gobierno español debe de considerar volver a una economía mixta en la que el sector privado siga siendo el motor y cimiento de la vida económica nacional. Madrid debe de abandonar la idea impuesta por Bruselas que prohíbe la intervención del estado en la economía, aún de forma limitada cuando es necesario, y su concesión de ayudas económicas a empresas estatales y privadas.  

Esto refleja las ideas económicas anglosajonas neoliberales que están sometidas como si de un dogma de fe se tratase a un lastre ideológico anticuado de los siglos XVIII y XIX. Hay inclusive algunos economistas en Hispanoamérica, particularmente en Perú, que sostienen que el sistema económico de la América española por ser mercantilista – al cual le llaman capitalismo antidemocrático – no tenía propiedad privada porque, según ellos y los pensadores anglosajones de quienes sacaron estas ideas, no había en las colonias españolas un estado de derecho que pudiese garantizar y proteger tanto la propiedad privada como también la competencia comercial.

Estos economistas continúan sugiriendo que las colonias inglesas de Norteamérica eran superiores a las españolas porque aquéllas sí tenían propiedad privada, cuando las españolas no, siendo eso prueba de la superioridad anglosajona de EE. UU. sobre Hispanoamérica. Claramente, estos economistas no son historiadores pero escriben como si lo fuesen, siendo sus conclusiones desde un punto de vista histórico seriamente equivocadas. Se aclara aquí que España tuvo en sus Leyes de Indias una rica legislación y un extenso cuerpo de leyes para sus colonias americanas, mucho más desarrolladas que las leyes de las comparativamente pobres colonias inglesas de Norteamérica. Y claro está, la propiedad privada y la actividad económica y comercial estaban legalmente protegidas y amparadas en la América española. Esto se menciona porque no hay que caer en un complejo de inferioridad cultural e histórico como muchos padecen, en cuanto a que todo lo anglosajón es superior y por encima de lo se recibió de España. Más bien todo lo contrario, al menos en cuanto al período de la América española se refiere. Cabe recordar también que el sistema neoliberal económico anglosajón no es el único en el mundo, habiendo otros países con una economía mixta y de mercado próspera con altos o respetables índices de crecimiento.     

El gobierno español no debe de llevar a cabo recortes drásticos en el sector público, pues el estado es también una fuente de empleo, aparte de ser una fuente de servicios públicos. El dejar sin trabajo a un número considerable de empleados del estado lo que hará es aumentar el ya desproporcionado número de parados, empeorando aún más la crisis económica de país.

El gobierno español también debe de establecer cuando sea necesario empresas estatales con capital mixto e inversión privada en que las acciones del estado serían un 50% más una acción. Así se podrían establecer empresas conjuntas con otros estados que podrían proporcionar el capital más importante y que se crearían tras negociaciones bilaterales oficiales al más alto nivel. Estas empresas conjuntas estatales con otros países incluirían también una fuerte inversión privada. Además, Madrid debe de reconstituir el Instituto Nacional de Industria, que desapareció por exigencias de la Comunidad Económica Europea. El Instituto Nacional de Industria puede servir como medio para canalizar ayudas económicas a la empresa privada o para establecer empresas estatales para desarrollar industrias de importancia estratégica para España, como la construcción naval mercante, investigación y desarrollo e industrias de alta tecnología como la nanotecnología o la producción de biocombustibles como etanol y biodiésel. Estos serían sectores a desarrollar no sólo para la venta nacional sino sobre todo para la exportación.  

El gobierno español debe de abandonar las inhumanas políticas basadas en el sistema neoliberal de mercado y proteger a sus ciudadanos de la “ley de la selva” del libre mercado. En este sentido y en contra de la práctica del anterior gobierno de Rodríguez Zapatero, el gobierno de Mariano Rajoy debería detener los embargos de hogares y el que familias queden en la calle, como le ha pasado a millones en EE.UU. tanto con Bush como con Obama. Según Tremlett del Guardian, hay 700,000 nuevas viviendas sin vender como resultado de la crisis del sector de la construcción en España. Le corresponde al gobierno ayudar a sus ciudadanos y sus familias en este caso a no perder sus hogares o a proporcionarles viviendas a los que los han perdido. De acuerdo al pensamiento anglosajón neoliberal económico, el gobierno no debe de intervenir siquiera para ayudar a los más necesitados en caso de una crisis económica. Esto va en contra de las prácticas del estado tradicionales, sin llegar a ser esto socialismo. Ya hace dos mil años el estado romano proporcionaba servicios y ayudas a sus ciudadanos y esto ha sido la manera de proceder en el caso del estado español hasta la entrada en la Comunidad Económica Europea. El gobierno español ha de abandonar la manera de pensar y hacer política inspirada por las ideas neoliberales de mercado, ideas extranjeras y ajenas al pensamiento tradicional español. Así, Don Laureano López Rodó, quien fue comisario a cargo de preparar el Plan de Desarrollo Económico y Social español para el período de 1964 a 1967, dijo: “La gran tarea que en los últimos lustros ha polarizado la política interna de los países de Occidente es la de configurar una realidad económica y social que, respondiendo a las exigencias de la justicia, favorezca al máximo el desenvolvimiento de la persona humana”. Así es y por ello es obligación del estado español el ayudar a su pueblo en estos momentos de severa crisis a salir adelante, como hace unos 50 años el gobierno de entonces lo puso en marcha.