Los “disparos fatídicos” del secretario de defensa de EE. UU, esta vez hacia el presidente iraní en Kabul, era algo muy emocionante hasta que llegó a ser algo directamente provocador – y él recibió más de lo que se esperaba.
En realidad, Mahmoud Ahmadinejad estaba demasiado amable con Robert Gates, mencionando su acusación del “doble juego” sólo una vez, al referirse a la lucha contra el terrorismo alegada por los EE. UU., y creada por nadie más que los mismos EE. UU.
Si hubiese adoptado una posición más dura, se acordaría de un par de otros juegos dobles a los que están jugando los EE. UU.:
- Promociona la monarquía y la democracia en los estados del Golfo Pérsico;
- Llama a Pakistán el epicentro de la Guerra contra el terrorismo (GWOT) y declara que es el “aliado indispensable” de los EE. UU.
- Es socio de la Dirección de Inteligencia Inter-Services (ISI) y lo acusa de administrar la red terrorista transnacional.
- Acusa a Pakistán de negociar con el Talibán y hace lo mismo en Afganistán.
- Apoya la irrealizable erradicación/eliminación de droga en Colombia y la reprime en Afganistán.
- Protege a los socios-narcotraficantes del fuego por parte de los suyos, preveniéndoles de antemano, y bombardean desde el aire sin ninguna notificación previa en Afganistán y Pakistán.
- Manipulan el término “la soberanía” como una excusa para no liberar a Pakistán de Al-Qaeda – y como pretexto invaden y ocupan Afganistán para crear otra “democracia” de narco-califato en adición a la de Kosovo.
A pesar de toda la sangre y dinero que EE. UU. invirtió en la guerra y los especuladores de droga en Afganistán, Karzai no ha conseguido expresar su gratitud llamándole al Pentágono “colega”. En lugar de eso, añadiendo el insulto a la herida, generosamente hizo elogios de Ahmadinejad y es entonces cuando Gates se quedó boquiabierto.
Amigo, puedo sentir tu dolor, pero algunas veces, y no te miento, es mejor masticar que hablar.