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Teoría de la Tierra hueca

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Teoría de la Tierra hueca

Tal vez una de las más controversiales teorías es aquella que postula la posibilidad que nuestro planeta sea hueco en su interior. Mucha de la presente investigación se puede contrastar con hechos que podrían estar ocurriendo aún durante nuestros días en materia ufológica e inclusive geopolítica de las naciones. Acompáñenme a desenterrar la verdad oculta de esta fascinante y polémica teoría. ¿Por qué polémica?, simplemente porque la ciencia no tiene una respuesta definitiva como para explicar lo que realmente ocurre en los polos con las auroras boreales, sólo por citar un ejemplo.

La mitología sumeria ya mencionaba la existencia de una Tierra hueca hacia el año 2650 a.C. Julio Verne en su inmortal novela viaje al centro de la Tierra planteaba la posibilidad de que el interior del planeta albergara extraños y exóticos mundos. El apóstol San Pablo escribió: "10; para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, en la tierra y debajo de la tierra; 11; y toda lengua confiese que Jesús, el Cristo es el señor para gloria de Dios padre". El libro del Apocalipsis señala: “y ningúno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra podía abrir el libro, ni aún mirarlo”. Personajes célebres de la ciencia como el matemático Leonhard Euler dedujo que la tierra era hueca y que contenía un Sol central, al igual que el doctor Edmond Halley, descubridor del cometa que lleva su nombre y astrónomo inglés, también creía en esta teoría. De la misma manera, el observatorio espacial Halley ha conseguido fotografíar extraños “brillos” en los respectivos polos de los diferentes planetas del sistema solar. El escritor Eric von Däniken en su libro 'El oro de los dioses' atribuye a grabados en piedra y láminas de oro encontradas en Sudamérica que describen el origen intraterreno de la humanidad. La ciencia considera a la Atlántida, la Lemuria o el continente perdido de Mu (actual micronesia y la isla de pascua en Chile) como los fundadores del reino subterráneo. Avanzando un poco más en la historia se cree, acorde a las pruebas arqueológicas que muchas de las culturas antiguas de la humanidad como la egipcia, habrían estado en contacto con los seres de las profundidades y su reino a través de profundos y extensos túneles al interior de las pirámides. Mayas, aztecas e incas en Sudamérica, mencionaban en sus ritos, cultos y arquitectura a un ser intraterrestre que regía los destinos tanto del subsuelo como de la superficie, el llamado 'Rey del mundo'. A este respecto, Agartha sería el mítico reino de una civilización intraterrestre mucho más avanzada que la nuestra y su capital, Shambala, se encontraría debajo del desierto de Gobi, en Mongolia y en parte de las nevadas montañas del Himalaya. Algunos investigadores creen que el 'rey del mundo' se encuentra allí. Es el mismo pensamiento y obsesión que tuvo Hitler. El líder de la Alemania nazi tenía la obsesión de establecer contacto con los habitantes de estas tierras ya que los consideraba una raza superior, de la misma forma que a la raza aria. Los nazis habrían desarrollado platillos voladores a partir de la tecnología emanada de los intraterrestres. El llamado 'rey del mundo' sería un gran ser que llegó hace mucho tiempo desde las estrellas y que estaría a la espera de aparecer mundialmente para regir los destinos de la humanidad con amor y sabiduría. Mientras que para otros sería el Anticristo en espera de su próxima aparición en la tierra.  

Aunque la realidad física de Agartha no ha sido comprobada científicamente, existe discusión originada en ciertas tradiciones de que este reino es de hecho real, en contraposición a otras hipótesis que plantean que Agartha en realidad es un reino de la mente y que si no se posee la elevación espiritual y kármica necesarias, no habría acceso. Sin embargo, el Dalai Lama cree y asegura que Shambala existe. La ciudad de Agartha tendría diversos accesos a lo largo de la Tierra los que por supuesto se encontrarían ocultos para impedir el acceso a “curiosos y profanos”, a saber: el ya mencionado desierto de Gobi en Mongolia; el interior de la esfinge de Giza en Egipto; bajo el monte Shasta en California, Estados Unidos; bajo las llanuras de Mato Grosso, en Brasil; en algún punto de Siberia; en el Monte Epomeo, Italia; en los polos Norte y Sur, entre otros. René Guénon, Helena Petrova Blavatsky y los exploradores y aventureros tales como el polaco Fernando Ossendowski y el pintor ruso Nicholas Roerich han mencionado la existencia de Agartha. El coronel y explorador Percival Fawcett se embarcó junto a su hijo en una expedición en busca de la entrada a la mítica ciudad, basándose en una carta que encontró en la Biblioteca Nacional de Río de Janeiro enviada por el bandeirante Francisco Raposo al virrey en 1754. En ella, describía un singular hallazgo: una ciudad de piedra en el noreste de bahía. Ya extraviados en el interior de Mato Grosso, el aventurero portugués y sus compañeros divisaron en la montaña una escalera monumental tallada en la roca que conducía a un pórtico en donde se abría paso a una fantástica ciudad. Fawcett desaparece en extrañas circunstancias mientras trata de dar con la entrada a la ciudad subterránea. Un hecho singular y que se repite, es que numerosos exploradores del Ártico hayan observado grandes extensiones de mar en donde se supone que debería haber hielo o un área congelada por encima del océano a medida que se acercaban al polo. Por ejemplo el caso del doctor Fridtjof Nansen, naturalista y premio Nobel de la Paz en 1922, nos lega una historia muy poco conocida pero notable con respecto a la apertura de los polos. En una de sus expediciones, Nansen comenzó a internarse sin saberlo directo hacia la apertura polar ártica. Anota en su diario que la temperatura se hacía cada vez más cálida por lo que tendría que prescindir de sus abrigos. Su brújula giraba sin parar. Se encontró con tormentas que arrastraban ¡polvo!; y más adelante vio huellas de zorros. Cuando observó que definitivamente su brújula dejó de funcionar, tomó la desición de dar marcha atrás y volver a casa.

Nuevamente encontró el clima helado y gélido y su compás volvió a la normalidad. Ocurre todo lo contrario en el Polo Sur. Aunque algunos exploradores dijeron haber sentido más calor y que por ende debieron quitarse sus abrigos, es aquí en donde se registran los casos más extraños y fascinantes que tienen que ver con la apertura de los polos y a los que me referiré en torno a la extraña historia en la cual están involucrados la ex Alemania nazi de Hitler, la marina norteamericana y los supuestos habitantes intraterrestres.

La guerra que nunca sucedió

El hecho más espectacular fue el protagonizado por la marina de los Estados Unidos en el año 1947 en la Antártica. La operación se conoció con el nombre de 'High Jump'. Al mando se encontraba el almirante Richard Evelyn Byrd. A finales del año 1946, el Gobierno estadounidense decide enviar hacia el Polo Sur la mayor fuerza militar expedicionaria hacia la Antártica en la historia de ese país. La fuerza de tareas o Task force 68, la integraban en total 13 navíos, entre rompehielos, destructores, cargueros y buques tanques de aprovisionamiento, lanzadores de hidroplanos, un submarino y un portaaviones. La cantidad de hombres constaba de 4.200 marines. El convoy zarpó de la base estadounidense llamada Little America, ubicada en la isla Roosevelt en el mar de Ross, al sur de Nueva Zelanda, con Byrd al mando de la operación que estaba planeada para durar 6 u 8 meses como máximo. Se informó oficialmente que el motivo de la expedición consistía en testear equipos militares y tropas bajo condiciones antárticas extremas. Algunos investigadores plantearon que uno de los objetivos reales de estas maniobras era la búsqueda de uranio y petróleo.

Países como Nueva Zelanda y Chile solicitaron permiso para acompañar a la fuerza expedicionaria en calidad de observadores internacionales, sin embargo, la marina estadounidense se negó en redondo a tal propuesta. Cabe destacar que la base de la isla Roosevelt ya estaba emplazada en 1928 con gran equipo técnico, mecánico y bélico. Paralelamente, los alemanes tampoco se quedaban atrás. Ya a finales del siglo XIX los germanos envían expediciones al Polo Sur, pero en los años 1938 y 1939, casi a principios de la Segunda Guerra Mundial, la sociedad alemana de investigaciones polares respalda y financia la tercera y más importante exploración a la Antártica bajo el mando del capitán Alfred Ritscher. La Alemania nazi reclama estos territorios bautizados como Neuschwabenland o Nueva Suabia como parte de su soberanía. ¿Por qué Hitler decide no escatimar en recursos técnicos y humanos en la región antártica (recursos que eran necesarios para financiar la campaña de guerra que mantenían en Europa en la Segunda Guerra Mundial)? ¿Por qué la marina estadounidense decide enviar tantos barcos de guerra, soldados y pertrechos a un territorio tan aparentemente inhóspito? ¿Por qué se prohibió la presencia de observadores extranjeros a simples ejercicios? Preguntas que parecen tener una respuesta más allá de la lógica. Parafraseando a Sherlock Holmes, cuando eliminas lo lógico y pragmático de un problema x, todo lo que queda resulta ser la respuesta. Sin embargo, debo detenerme obligatoriamente en este punto y mencionar el increíble y a la vez fascinante relato que proporciona el almirante Byrd y su encuentro con “los otros habitantes del Ártico en su bitácora de vuelo y en un 'diario clandestino' que escribiera, en contra de las órdenes de sus superiores de guardar perpetuo silencio, puesto que todo lo descubierto en la región polar era alto secreto. Por ende se le ordenó callar so pena de ser degradado y retirado sin honores de la marina. Esta es parte de su fascinante historia: “Debo escribir este diario en la clandestinidad y en absoluto secreto. Se trata del vuelo que hiciera sobre el Ártico del 19 de febrero del año 1947. Vendrá un tiempo en el que la racionalidad de los hombres deberá disolverse para que entonces se acepte la verdad inevitable. No tengo la libertad de divulgar la documentación que sigue, quizás nunca verá la luz pero debo de cualquier forma cumplir con mi deber y relatarla aquí, con la esperanza de que un día todos puedan leerla, en un mundo en que el egoísmo y la avidez de ciertos hombres ya no podrán suprimir la verdad”. La historia completa la pueden leer aquí. La operación High Jump habría tenido como finalidad destruir la supuesta base nazi en la Antártica conocida como 'Base 211'. El almirante Byrd y su acompañante sobrevolaron toda el área este del polo sur conocida como la 'tierra de la reina de Maud'. Si la operación comenzó en febrero de 1947, ¿por qué finalizó tan abruptamente el 3 de marzo de ese mismo año? Informes oficiales de la armada estadounidense dicen que perdieron gran parte de la flota entre algunos barcos seriamente averiados, muchos aviones y un número importante de vidas humanas. Aun así, el Departamento de Estado informó oficialmente que las bajas se debieron a desafortunados errores humanos y a las inclemencias metereológicas. Es decir, más desinformación. En nuestros días sabemos que los nazis experimentaban con armas nunca antes vistas y por si fuera poco, los aliados recuperaron planos de interesantes y misteriosos aparatos en forma de platillos voladores una vez terminada la 'gran guerra' y que los alemanes ya tenían en operación. Sus nombres eran Vril y el poderoso Haunebu, todos con tecnología anti gravitacional.

En el viaje de regreso a los Estados Unidos, el almirante Richard Byrd declaró a un periodista del diario El Mercurio de Santiago, el 5 de Marzo de 1947, estas enigmáticas palabras: “Resulta una verdad muy amarga de admitir; pero en caso de un nuevo conflicto bélico, podremos ser agredidos por aviones que tienen la capacidad de volar vertiginosamente desde un Polo a otro. Se precisa tomar urgentemente, adecuadas medidas de defensa para interceptar a los aviones enemigos que provengan de regiones polares. Especialmente interesa –y se precisa– circundar la Antártica de una zona de defensa y seguridad". Si leyeron el relato que Byrd hiciera de su abducción en el Ártico, comprenderán que lo ocurrido en la región antártica varía completamente. Tal vez fue por esta supuesta derrota que en el año 1956, la marina estadounidense decide realizar una nueva incursión a la zona donde se encontraban los emplazamientos alemanes. La nueva operación se llamó 'Deep Freeze'. Claro que en esta ocasión no estaban dispuestos a perder más hombres y maquinaria bélica. Es por ello que en tres ocasiones lanzan ataques nucleares contra la zona pero ninguno logra dar en el blanco debido a que explotan producto de una extraña, invisible y desconocida fuerza a medio camino de alcanzar sus objetivos.  En los meses de Agosto y Septiembre de ese mismo año, el Gobierno de Sudáfrica detectó dos emisiones electromagnéticas de alta energía, comparables con explosiones nucleares en el área antártica cercana a sus costas. Una de esas emanaciones fue detectada bajo tierra y otra sobre la superficie. Esto indica que sin duda algo ocurrió en el lugar. En diciembre de 1943, dos años antes de que la Segunda Guerra Mundial acabara, un curioso telegrama del almirante Dönitz, el cual pasó casi desapercibido para la prensa de la época, decía así: “Die deutsche U-Boot flotte ist stolz darauf, daB sie für den Führer in einem anderem Teil der Welt ein Shangai-La gebaut hat, eine uneinnehmbare Festung”; y su traducción literal es la siguiente: “la flota Alemana de submarinos está orgullosa de haber construído para el Führer, en otra parte del mundo, un Shangri-La, una fortaleza inexpugnable”. [¡] Los estadounidenses se retiraron definitivamente en 1958. Posteriormente, la Antártica fue declarada territorio hermético. Aún en nuestros días resulta muy extraño que en el emblema de las Naciones Unidas aparezcan todos los continentes de la tierra excepto el Polo Sur… ¿por qué? Inclusive se firmó un tratado internacional que prohibía todas las pruebas atómicas en el continente austral hasta el año 2000.

En la actualidad, muchas naciones circundan con sus bases la totalidad de la Antártica. De la misma forma muchas de estas naciones tienen reivindicaciones sobre parte del territorio austral. Algunos proponen y se acogen a la Teoría de los sectores polares y otros a la Teoría de la defrontación. Sin embargo, cualquier reclamación se encuentra por el momento congelada. No obstante, Estados Unidos mantiene una base naval aérea permanente llamada Mcmurdo que es la mayor de todas. Sólo nos basta observar las instalaciones, que sugieren que no es sólo una simple base científica. Resulta extraño y decepcionante que ni siquiera podamos apreciar los polos norte y sur en Google Earth ya que lo que sea que se encuentre allí ha sido censurado a nuestros ojos, y también resulta extraño que se prohíba volar por sobre la Antártica a cualquier avión de cualquier nacionalidad… excepto estadounidense.

Lo cierto es que el almirante Byrd junto a su acompañante sobrevolaron toda el área Este del Polo Sur. Existen pruebas fotográficas y documentos que prueban este hecho. De todas formas y a la luz de las evidencias e investigación de este artículo, existen razones suficientes para creer que algo de importancia ha sido clasificado por los Estados Unidos al resto de la humanidad. Las palabras de Richard Evelyn Byrd no pueden ser más significativas: “Ese continente encantado en el cielo. ¡Tierra del Misterio Eterno! Me gustaría ver esta tierra más allá del Polo (Norte). ¡Ese área más allá del Polo es el centro del Gran Desconocido!”  

               
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Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de su autor y no representan necesariamente el punto de vista de RT.

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