En días recientes, medios hegemónicos y voceros políticos en Europa Occidental hicieron un auténtico escándalo por unas declaraciones de su actual villano predilecto, señalando que Putin había "amenazado" con "atacar" la Unión Europea. La habitual histeria guerrerista de Bruselas batió su propia marca, lo que es bastante meritorio teniendo en cuenta que van superándose a sí mismos prácticamente cada día desde hace casi cuatro años.
Pero, ¿qué dijo exactamente el presidente ruso para que en el 'jardín' reaccionaran airadamente, agitando sus tijeras de podar y regaderas? Esto es lo que ha dicho literalmente: "No vamos a entrar en guerra con Europa, ya lo he dicho cien veces. Pero si Europa de repente quiere entrar en guerra con nosotros y lo hace, estamos preparados desde ya mismo".
Es decir, si desde Bruselas no dan ese primer paso, no habrá confrontación. ¿Fácil de entender, no?
Sencillito, ¿no? Sin embargo, como pareciera que los burócratas de Bruselas tienen dificultades de comprensión, vamos a desglosarlo por partes. Cuando Putin dice "no vamos a entrar en guerra con Europa, ya lo he dicho cien veces" está diciendo que Rusia ni busca ni le interesa ni pretende tener un enfrentamiento bélico con ninguno de sus 27 vecinos del oeste europeo. Hasta ahí, todo claro. Incluso Kaja Kallas podría entenderlo sin ayuda externa (poniendo algo de esfuerzo de su parte, claro está).
Pero el mandatario ruso dice algo más. En concreto, afirma que "si Europa de repente quiere entrar en guerra con nosotros y lo hace, estamos preparados desde ya mismo". Es decir, si la Unión Europea quiere guerra con Rusia y da ese paso en primer lugar, en Moscú están preparados para ese escenario. Fíjense que hay un "si" condicional al inicio de su frase: "Si Europa de repente quiere entrar en guerra y lo hace, estamos preparados". Es decir, si desde Bruselas no dan ese primer paso, no habrá confrontación. ¿Fácil de entender, no?
La hipotética respuesta de Rusia
Imaginen cómo, si con algo tan fácil de entender entraron en pánico sin motivo, cómo fue su reacción ante lo otro que dijo Putin en ese mismo contexto: "Si Europa de repente entra en guerra [contra Rusia], creo que será muy rápido. No es Ucrania. Con Ucrania actuamos de forma quirúrgica, con cuidado. Entendido, ¿sí? No es una guerra en el sentido directo y moderno de la palabra. Si Europa de repente quisiera empezar una guerra contra nosotros y la iniciara, muy pronto podría darse una situación en la que no tendríamos con quién negociar".
Bueno, si el primer fragmento parece haberle costado tanto a los altos representantes europeos, hacerles entender esto último sería un poco como tratar de explicarle el Big Bang a un hámster, pero haremos el intento.
Putin recuerda una vez más que, en su enfrentamiento con Kiev, Moscú no está haciendo uso de toda su capacidad militar
Porque si en la primera declaración a la que nos referimos Putin se limitaba a subrayar por enésima ocasión algo tan sencillo como que a Rusia no le interesa atacar a ningún miembro de la OTAN o la Unión Europea, pero que no se quedaría cruzada de brazos de ser atacada, en esta segunda advierte cómo sería esa respuesta en el supuesto de sufrir un ataque.
Y acá es bueno traer a la memoria las declaraciones que hizo el presidente ruso hace más de un año cuando fue entrevistado por Tucker Carlson, en las que describía el conflicto rusoucraniano como un enfrentamiento que tiene mucho de guerra civil entre pueblos que pueden considerarse como más que hermanos. Por eso, en las recientes declaraciones que tanto revuelo causaron artificialmente, Putin recuerda una vez más que, en su enfrentamiento con Kiev, Moscú no está haciendo uso de toda su capacidad militar ni en armamento ni en estrategia ni en intensidad.
Pero que, en paralelo al hecho de que Rusia no ha entrado en guerra de verdad con su vecino del sur por cercanía histórica y cultural, es bueno tener en cuenta que los vínculos rusos con Europa Occidental no son ni remotamente comparables, como tampoco lo sería la reacción del Kremlin ante una agresión proveniente desde allí. Región donde, además, salvo menos de un puñado de excepciones, todos los países de Europa Occidental pertenecen a su vez a una alianza nuclear como la OTAN.
Amnesia y demencia fingidas
Lo paradójico del asunto es que esto sí que lo entienden y lo saben perfectamente en Bruselas, pero no les importa fingir demencia y, ya que están, amnesia. Demencia haciendo creer que los están amenazando y, sobre todo, amnesia, simulando que ellos jamás han amenazado a nadie, cuando la verdad es que ni lo uno ni lo otro.
Por un lado, a Rusia no le interesa ampliar y escalar un conflicto armado en el que lleva ventaja desde el inicio, tal como se comprueba en el terreno cada vez más, con cada día que transcurre sin un acuerdo. Quienes pudieran tener interés en escalar las hostilidades, a pesar del elevado riesgo de confrontación global, son quienes sienten que van perdiendo, aunque no lo reconozcan en público.
Por el otro, desde Bruselas no pueden decir que nunca hayan amenazado a Moscú, como tratan de hacer creer. Al contrario. Y no hablamos solo de amenazas financieras en forma de sanciones e intentos de aislarla de la economía global, sino también de amenazas militares. Porque, de igual manera que la guerra que se libra entre Ucrania y Rusia es una guerra 'proxy' entre la OTAN y Rusia a través de Ucrania, las amenazas también se dan de forma 'proxy' a través del mismo 'intermediario'.
Ya desde 2014, desde el Norte Global armaron y alentaron el enfrentamiento y ocho años después se involucraron por completo en él. No solo entregando armamento de toda clase y cada vez mayor alcance a Kiev, sino empujándola a continuar el enfrentamiento a toda costa, señalando que el conflicto debía dirimirse "en el campo de batalla" (tal como aseguró el ex canciller europeo Josep Borrell en su momento) o animando a Zelenski a usar las armas dentro del territorio ruso reconocido como ruso incluso por Ucrania (como hizo, invocando el "derecho a la defensa", el por entonces secretario general de la OTAN, Jens Stoltemberg).
Entonces, los intentos de Bruselas para mostrarse como una 'inocente víctima amenazada' por Moscú no son más que parte central de su discurso para justificar el aumento del gasto militar en la Unión Europea y, de esa manera, tratar de alargar un conflicto que alentaron desde sus inicios para infligir una "derrota estratégica para Rusia" que cada día que pasa se parece más y más a una derrota estratégica para sí mismos.
El presente texto es una adaptación de un video realizado por el equipo de ¡Ahí les va!, escrito y dirigido por Mirko Casale.


